Nadie entendía la caligrafía de aquella escritura encontrada en las ruinas del planeta.
Desde el espacio, se divisaron grandes núcleos de población, que una vez posados en tierra, resultaron ser ruinas, sin ningún habitante, ni signos de haberlos habido durante siglos y siglos. Lo que sí encontraron los expedicionarios fueron unas tablas con una especie de escritura. Durante días, los expertos intentaron entender algo de aquella exótica caligrafía; pero nadie daba con la solución, no había nada ni remotamente parecido en la inmensa base de datos de la Federación. Además, los diferentes expertos diferían en sus - escasas - explicaciones sobre el tema.
Sólo cuando días después se reunieron en una de las sesiones conjuntas se descubrió que cada uno tenía una concepción diferente de lo que había leído. E, investigando sobre las notas de cada uno, se llegó a la conclusión de que la "escritura" que cada uno había copiado para su estudio, era diferente a la del resto.
Posteriores investigaciones llegaron a una conclusión, no por improbable, menos cierta; lo que habían tomado por escritura, era la verdadera vida de ese planeta, las tablillas con 'letras' en su superficie. Esas marcas en la superficie de dichas tablillas eran los organismos de una colonia, que eran las propias tablillas. Y, las copias que se habían hecho para repartirlas entre los expertos, eran uno de sus medios de reproducción - escasos ya en la superficie de su planeta -.
Gracias a esto, y a los conocimientos de su bioquímica una vez establecida totalmente su condición de seres vivos, se pudo recrear su antiguo hábitat y, finalmente, recrear su civilización.
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