Inicio / Cuenteros Locales / dividida / 13 de marzo
Entré volando por la ventana. Vestido de verde por la ventana abierta de tu pieza. Y te vi entre sombras de luna llena mientras dormías. Me acerqué a vos y puse mis dedos apenas si un instante en el borde de tus labios tibios. Moviste tu cuerpo y sacaste la lengua como sintiendo mi presencia. Tus parpados temblaron. Por fin te había encontrado. Luego de buscarte durante largo tiempo por otros países hallé la torre más alta sobre la escalera más oscura que te impedía respirar y ya ves, ahí me quedé, arrodillado una vida recordando como era ser feliz.
Me asocié al silencio de la noche y me hice eco en los latidos tenues te tu pecho, aguantando una lágrima que era tuya, y otra que era mía. Contuve también mis ganas de despertarte porque no podías saber que estaba ahí. No podías.
Me puse de pie y con mi cámara nueva, sí, esa que me ibas a regalar, enfoque parte de tu rubio, una fracción de tus ojos y la mejilla y tomé la foto que había venido a buscar. En un libro antiguo, cubierto de polvo en una biblioteca olvidada, aprendí el arte oscuro del engaño. Con esa imagen me llevé tu vida y la guardé en el museo a un lado de tu letra.
Me acerqué a tu cara y llevé mis labios a milímetros de los tuyos. Sentí tu respiración mezclarse con mi aliento y te besé. Cuando despertaste yo había desaparecido, encontraste algunas cosas extrañas en tu mesa de luz y sentiste muy adentro tuyo que la historia cuando es fuerte no se borra.
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Texto agregado el 17-03-2007, y leído por 133
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