Bitácora I
En el principio creo Dios los cielos y la tierra
Resulta que mi corazón se hallaba vació, deforme, desierto y había oscuridad en la profundidad de mi alma, y Dios procedió a decir “Llegue a haber luz”, entonces se hicieron ojos mi corazón y besos mis pies y anduve besando el mundo, Dios comenzó a llamar luz al día y luz a mi corazón.
Hubo bellos atardeceres y bellos amaneceres a mis ojos y tierras y mares, hiervas sobre la tierra y árboles, sol, luna y estrellas, peces, pájaros, vida y mis besos corrieron descalzos por el mundo y nadaron, volaron.
Entonces Dios me hizo caer en un sueño muy profundo y mientras dormía, tomo una de mis costillas y con todo su empeño te hizo de mí, por eso, eres hueso de mis huesos, carne de mi carne y fuiste llamada “Deseo”.
Por esto me adhiero a ti, desnudo y sin vergüenzas extasiado en el lirismo de tu piel, por eso soy de ti como de una sola carne, como de una sola piel y continuo respirándote en mis alientos, como si aun me moraras dentro protegiendo mi pecho.
Por ti he robado la espada de hoja llameante, he talado el árbol del centro del jardín y he perseguido de muerte a la serpiente, para que no se dañe nunca nuestro edén, para que no termine nunca nuestro idilio. |