Las palabras se me escapan hoy
del tremendo tajo que hiende mi alma,
de la duda que se extiende cual gangrena,
confusión, cansancio y deseos pasados,
mientras el tiempo pasa silencioso es su marcha.
Y a veces mataría por una mirada,
por una sonrisa, por la palabra adecuada,
por no pasar un día mas sin verte,
por no pensar un día mas en tu ceguera.
Hundo aún mas el filo de la indeferencia,
trazando circulos concentricos en mi piel,
y si a veces dudo de cuanto siento,
medido en latidos y primeros pensamientos,
¿Que he de opinar de tus sentimientos,
de tus silencios, de tu olvido?
Quizas nunca hubo un buen destino,
quizas, solo debamos ser amigos.
Y hoy no le encuentro pegas a ese contrato,
lo firmaría ahora mismo sin dudarlo,
aunque tema cortarme de nuevo
blandiendo tu indeferencia.
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