Se encontró parada en ese lugar donde el eco repite los pensamientos más ocultos
esos que por miedo a la inminencia de la soledad no se comentan con nadie;
ahí sintió que el viento le susurraba al oído
frases de dolores de antaño, de utopías llenas de falsas esperanzas, de rencores vividos y por vivir.
Cayó de rodillas...
Lloró amarga e intensamente
y al mirar al suelo en un charco de lagrimas de halló
donde encontró aquella belleza
la belleza de la sencillez de esa lagrima que por temor derramó,
descubrió también así que era posible volver a vivir, a soñar, a reír...
Texto agregado el 15-03-2007, y leído por 101
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Lectores Opinan
20-03-2007
Es muy real pioja, duro pero real.
Gracias prilibertad