La noche se cierne 
y entre mi voz y yo 
está el silencio. 
 
La gente duerme 
y yo tirito sola 
y tengo miedo. 
 
Debo dejarlo. 
Dejar vencer 
 mi alma en el ensueño, 
pero es un juego, 
donde el titere ¨yo¨ 
mató primero. 
 
No sé señor, no sé, 
sólo dormía. 
Mis ojos no miraban 
mis manos no tocaban, 
mi piel no sonreía. 
 
No sé señor, no sé 
lo vi durmiendo, 
lo vi ya sin mirar, 
 me acerqué en velo. 
De pronto despertó 
 sangrando lento 
pero, no me miró 
y suave se marchó  
hacia su infierno. 
 
No sé señor, no sé, 
sólo dormía. 
Mis ojos no miraban 
mis manos no tocaban, 
mi piel no sonreía. 
 
La infamia de su amor 
que corrompió mi amor 
era su juego 
y yo, 
y yo me muero. 
 
No sé señor, 
no fui… 
yo solo le corté 
las cuerdas al dolor 
para dejar de ser 
aquel títere ¨yo¨ 
de su veneno. 
 
Sus manos no corté, 
ni piernas rebané, 
no le quité los ojos 
aunque lo diga usted. 
 
No sé señor,  
no fui… 
yo solo le corté 
las cuerdas al dolor 
para dejar de ser 
aquel títere ¨yo¨ 
de su veneno cruel 
de amor titiritero. 
 
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