Esta es la historia de una zarigüeya color café, ella vivía en Rosario y aunque parezca mentira era una profesional a la hora de imitar el ruido de los potrillos. Paso su vida viajando de pueblo en pueblo recolectando en una gorra antigua apenas unas monedas que la gente le daba por emitir esos ruidos extraños y graciosos a la vez.
Una Tarde de Abril cuando ya el sol se estaba escapando a descansar por que había brillado mucho, Viviana Amadeo(la zarigüeya) salió en busca de un hotel para pasar la noche, cuando casi sin darse cuenta se topo con la posada “Dubraliric”. Aunque su nombre no inspiraba confianza ni menos un mínimo de lujo, Viviana decidió rentar una habitación solo para pasar la noche y refrescarse del agobiante calor que la perseguía.
En la recepción se encontró con un hombre bastante pálido y solitario, como suele pasar en éstos hoteluchos, esas personas que emanan miedo y vergüenza al ser mirados, a pesar de todo esto, el hombre pareció muy amable emitió palabras tales como “ señorita”, “muchas gracias” y hasta “que bien que le queda su color de pelaje nuevo” . Siendo así, Viviana tomó su gorra con sus pequeñas manos y subió la escalera en busca de la habitación 12 A, la cual había sido aconsejada por el generoso y asustado hombre.
La habitación era horripilante, gris, aburrida, desprolija, oscura y un poco sucia. Adjetivos que se adecuaban perfectamente a la descripción del recepcionista lo cual no deja nada más que pensar que el hombre no había mentido, esta era su habitación preferida.
Ya sin ganas de discutir o pelear por una habitación mejor, Viviana se sentó en la cama y se recostó por unos minutos. Mientras en su interior pensaba en su próximo destino analizando gráficos de estadística turística en la argentina que su amiga la vaca le había regalado.
Luego de unos minutos, saco su cepillo de dientes del bolsillo derecho de su sobre todo y empezó a cepillarse de lado a lado mientras intentaba practicar su sonido característico y que la había llevado a la fama, cuando sonó el teléfono de la habitación. Le hablaban de Miami, era Steven Spilberg el cual la invitaba una semana a una casa en la playa con proposiciones laborales, diciendo que el sonido que ella emitía le iba a ser útil para algunas películas de far west (o algo así). Viviana bastante relajada con semejante noticia, pidió disculpas y
refutó la invitación, poniendo como excusa verdadera que estaba muy cansada para viajar, que no le gustaba el mar y que no había visto ninguna de sus películas ya que le parecían caco de oveja y sus efectos especiales apestaban. El verdadero problema fue que Viviana si sabía ingles pero Steven no comprendía castellano y debido a eso Steven no entendió nada y colgó muy feliz por su supuesta nueva contratación.
Viviana cortó el teléfono y se desvaneció en la cama.
A las 9:45 del otro día un sol radiante de abril volvió a despertar temprano a Viviana, se levanto, se baño, se seco el pelaje con una toalla verde musgo y partió para la plaza donde en abril tendría actividad asegurada.
Llegando a su lugar acostumbrado Viviana se dio cuenta que junto a ella había un mimo con el cual compartió una extensa y profunda charla la cual caben destacar temas como la importancia del bautismo, la diversidad de razas, la conquista de Napoleón, etc. Luego el mimo intentó explicar en pocas palabras por que la física quántica no era necesaria en este mundo y yéndose un poco por las ramas también dijo su nombre y domicilio.
Viviana había perdido casi toda la mañana con este extraño ser y sus raras ideas sobre la humanidad pero se sentía satisfecha de haber aprendido y compartido contenidos con el muchacho de ojos pintados. Fue así que repentinamente y en un heroico salto socializador Viviana lo invito a almorzar unos sandwichitos de pavita que tenía medio disecados en su bolso. El mimo que se hacia Llamar Don Jose Ismael Ochorno aceptó y juntos disfrutaron de la deliciosa comida que Viviana había preparado.
Ya en horas vespertinas cuando mientras Viviana y el mimo trataban de ganarse la vida, el cielo se volvió negro de un momento al otro y una furiosa lluvia los ataco por completo mojándolos de zapatos a sombrero, fue así, como el mimo un poco despintado y friolento invito a Viviana a su noble casa en las afueras de la ciudad. Sin lugar donde dormir y bastante mojada nuestra amiga zarigüeya aceptó firmemente la proposición y los dos salieron despavoridos por la calle principal haciendo medialunas y flit flats para llegar rápido y hacer ejercicio al mismo tiempo.
Cuando llegaron a la casa del mimo Viviana tuvo un desarraigo total no podía creer lo que estaba viendo, tal era así que el mimo vivía en una mansión de 5 manzanas, de las rojas las mejores, las del interior. Un poco mareada por lo extraño que era conocer a un mimo rico que supiera de física quántica y que viviera rodeado de lujos y por las medialunas que había practicado, entró con un triple mortal en el aire a la casa del mimo.
Allí el mimo le invito una taza de te de jazmín bien caliente y unas masitas de pulpa de durazno con canela por encima, éstos siguieron hablando de muchas cosas cuando de repente el mimo preguntó:
-¿Como es ese sonido tan característico que emitís?
Viviana bastante desconfiada ya que penso que el mimo era un enviado de Spilverg y tenia una grabadora bajo su remera a rayas e iba a robar el sonido para sus películas, respondió que era el chillido de un potrillo color ocre de unos 3 meses y 17 días y que otorgaba el reconocimiento de haberlo aprendido a un viejo sabio de la montaña mediana de los Alpes. Con esta mentira bastante creíble trato de evadir el tema para luego extorsionar al mimo hasta que confiese la verdad.
Aun que el mimo replegó:
-Yo se que estas pensando que quiero robar tu sonido y que piensas que el bulto que tengo sobre mi pecho es una grabadora pero voy a explicarte cada detalle.
Primero y principal mi rutina, como tal mimo que soy, no consta del uso de las cuerdas vocales sino que muestro acciones a través de la expresión corporal es por eso que no pienso robarte el sonido ya que no seria de mi utilidad y para serte sincero Viviana me parece muy ridículo vivir de eso, yo en tu lugar ya me hubiera matado o me pondría como meta personal ser en empleado del mes en “Burger King”, sin faltarte el respeto por supuesto...
Segundo: El bulto que llevo con migo en mi pecho no es ningún aparato reproductor ni grabador es solo un implante que me hice en la época que estaban de moda los llamados “piercings” que no creo poder mostrarte por problemas de vergüenza y por que estoy un poco gordo.
- Esta bien Don Jose Ismael – Dijo Viviana – Tampoco pensaba nada parecido y me parece bastante bochornoso que pienses que estaba pensando eso con respecto a vos, yo diría que siendo mimo no tenes que pensar por que hasta la persona mas inculta y mediocre podría rendir su vida a cuestas de tu profesión, sin faltarte el respeto por supuesto...
La conversación siguió por horas, en la cual se creó un mar de palabras sarcásticas y descripciones despectivas.
Cuando paró de llover Viviana trató de concluir la conversación con el mimo, utilizando diferentes técnicas como por ejemplo: Bueno se me hace tarde..., en resumen..., ...me alegro por vos pero...,...mimo de mierda callate un rato...,pero nada callaba al mimo.
Este tipo de sucesos suelen pasar a menudo con los mimos, al no utilizar sus cuerdas vocales diariamente, cuando las usan se recalientan y causan una conmoción no muy notoria para el enfermo pero que afecta directamente a terceros.
Viviana ya bastante irritada intento tapar la boca del mimo con un trapo mojado pero éste lo escupió 18metros y 39 centímetros fuera del living. Viviana no podía soportar mas a Don Jose Ismael es por eso que entre gritos, puteadas y escupitajos dirigidos a la boca del mimo Viviana tomo un cuchillo en curva y corto sus cuerdas vocales de izquierda a derecha provocando un desangrado total de Don Jose el cual quedo totalmente inconsciente y agonizando en la alfombra de piel de cigüeña.
Al parecer la familia de Viviana había sido bastante violenta con ella durante su niñez y adolescencia y supongo yo como narrador de la historia y de éste suceso, que parte de esa violencia fue total y puramente culpable de éste asesinato.
Viviana rápidamente y antes de que la sangre se coagulara y estropeara la alfombra, corrió en busca del trapo mojado. Lo baño en productos de limpieza químicos y empezó a limpiar la alfombra ya que el cadáver estaba siendo limpiado por Don Jose Ismaelito el gato bien parecido perteneciente al mimo.
Luego de que terminó la limpieza, el gato y Viviana hablaron un rato y trataron de buscar la forma el uno al otro de asegurarse de que nadie iba a decir nada sobre lo que había pasado, pero entre preguntas y respuestas, atún en lata con mayonesa y licor de huevo los dos animalitos tanto Viviana como Ismaelito quedaron totalmente borrachos y entregándose el uno al otro en una lucha de sexo desenfrenado sobre la alfombra de cigüeña.
Aquí es la parte donde no hago hincapié en ningún detalle ni me profundizó en lo más mínimo, ya que este es un cuento totalmente educativo y no quería parecer pervertido al quedarme mirando el acto entre animales de dos especies diferentes.
Siguiendo con la historia, otro día había sorprendido a Viviana y era la hora de trabajar. Se levanto, se baño, se seco el pelaje con una toalla verde musgo y partió para la plaza donde en abril tendría actividad asegurada.
Fue allí donde esta vez no estaba el mimo, sino que no había nadie y fue cuando un poco de culpa y remordimiento quiso intentar lastimar a Viviana que con una pala le rompió la cabeza a la culpa y con un arma calibre 38 largo insertó una bala en la cien del remordimiento.
Yéndonos un poco del tema cabe destacar que el jurado la declaro inocente ya que estaba practicando defensa personal y no hubo intensiones reales de matar a los espíritus de la conciencia ( la culpa y el remordimiento).
Fue en ese momento en que Viviana empezó a dar a conocer su sonido tan característico, los turistas aplaudían: Los chinos tomaban fotografías de sus cuerdas vocales en acción con esas cámaras digitales de 10.0 pixeles, fotos que luego son regaladas a los Estadounidenses que estaban presentes, los cuales luego las imprimen y las ponen en un libro Guiness o talvez logran un contrato con el programa de “LAS COSAS MAS RARAS DEL MUNDO” (o algo así). También estaban los rusos quienes ingerían vodka para tratar de alcanzar ese sonido calentando sus gargantas pero siempre terminaban vomitando los sahumerios de la mujer de trencitas del stand de al lado, imposible olvidar a los Argentinos, que en su mayoría niños y adolescentes reprimidos, jugaban a “embocar la piedrita en la boca del animalito” y así ganar el reconocimiento de los demás monos.. . También caben destacar los Africanos que desesperados iban a comprar un pancho y se lo arrojaban pensando que era como en su tierra y que ese animalito tenia hambre. En fin ese día Viviana recolectó mucho dinero y estaba totalmente satisfecha.
Luego de una semana de arduo trabajo bajo el sol, Viviana decidió parar con la bohemia de sonidos e intentar dedicarse a estudiar ciencias políticas. No creo que sorprenda tanto su decisión, ya que Viviana era una persona sumamente inteligente, diplomática y mentirosa.
Ese mismo día Viviana se dirigió rápidamente a la facultad de ciencias políticas de rosario donde sin mucho entusiasmo un conserje le indicó la ubicación del sector para anotarse en las diferente materias. Fue allí donde conoció a Aurelio, él era un hombre bastante activo, como esas personas que no paran de parpadear ni un segundo o dos, esas personas que hablan por el solo hecho de que el aire no tiene IVA y salivan por el solo y principal hecho de que son asquerosas. Su imagen era la típica de cualquier estudiante de ciencias políticas, anteojos grandes gordos y grueso pero muy peludos, ojos marrones, midiendo aproximadamente 2 metros 15 cm y tratando de ser simpático a primera impresión.
La situación fue la siguiente, este amable muchacho coincidió en varias de las materias de Viviana, ya que los dos recién incursionaban en el tema y buscaban nuevas respuestas a sus vidas o en otras palabras, hacer algo de ellas.
Aurelio estaba totalmente enamorado de Viviana y ella lo sabía, aveces coqueteaba con él imitando el sonido de un ganso en celo y otras veces le guiñaba el ojo de forma no muy notoria imaginando que talvez Aurelio, se aprovecharía de ella. Este dilema amoroso siguió por años, él no la tocaba ni ella tampoco solo guiños y gemidos. Creo que esto no es tan anormal como parece, es decir, Aurelio había vivido toda su vida en una granja y conocía a la perfección el ruido de un ganso en estado de éxtasis y Viviana (como buena imitadora, aunque no tanto los días de resfrió) sabía complacerlo.
Luego de 5 años de estudio, seducción y varios cafés por la mañana pudieron terminar sus carreras de manera sobresaliente. Esa misma noche (noche de graduación) se invitaron el uno al otro a mirar volver al futuro 2da parte y a comer kanikamas remojados en mayonesa casera, se dirvetian mucho juntos, reían, gritaban y hasta aveces organizaban torneos de play station, cosa que no es nada raro en estas épocas y sobre todas las cosas de algún estudiante recibido de esta carrera, los cuales tratan de aplicar sus técnicas a los video juegos para lograr ciertos objetivos imaginarios en donde su persona viaja a través del universo portando una larga cola ojos saltones y un sombrero gracioso. Esa noche por primera vez Aurelio quiso incitar a Viviana a tocar sus bellos, aunque lo logro con éxito, luego se arrepintió ya que su pecho no había sido lavado desde que jugó a explotarse granitos. Sin entrar en detalles contare la presencia de un ser bastante diminuto pero de suma importancia en este relato, sobre un bello situado en el pecho de Aurelio había un mosquito, si un mosquito, de esos que aparecen con calor y abundan en el norte de país, el mosquito se llamaba Agustin Nacale y era un mosquito bastante bien formado, con patas largas, bien alimentado y dentro del mundo de los mosquitos bastante afamado. El mismo trabajaba en un banco y era reconocido por eso, de boleta en boleta había conocido casi a todas las personas pero no a Aurelio. Luego de una dulce y abundante nutrición de sangre de Aurelio el mosquito quiso escapar agitando sus pequeñas alitas transparentes cuando Aurelio, ya advertido de la situación por la lengua de Viviana, intento atraparlo de una palmada. El mosquito intento esquivar la extremidad de Aurelio pero la violencia y envión con la que venia la mano hizo que el dedo índice de Aurelio impactara en la oreja derecha del mosquito, dejándolo totalmente inconsciente tumbado en el pecho de nuestro asesino causal. En este instante Viviana se percato que seria una buena idea agregar sal al pequeño bichito y así ponerlo en una hoya, hervirlo junto con berenjenas y unas 3 patatas y comerlo al plato con un vaso de vino.
Aurelio estaba totalmente sorprendido por que esta proposición alejaba brutalmente sus deseos de tocar a Viviana y menos que menos quería comerse al mosquito, aunque se veía nutritivo. En fin sin más vueltas Viviana empezó a cocinar al mosquito. Primero lo lavo entero pata por pata y ojo por ojo, luego le cepillo los dientes cautelosamente y lo seco con un tallón. Luego prosiguió en ponerle sal y pimienta, mostaza y una aceituna descarozada cubriendo al mosquito. Prendió una hornalla y ya con el agua burbujeante tiro las berenjenas el mosquito y las 3 patatas, añadió más sal y pimienta y espero.
Aurelio no podía creer lo que veía, su amiga se había convertido en un total y sádica maniaca come insectos, pero decidió que era una prueba mas, no seria tan desagradable y también había leído en un libro que si apreciaba la comida de una mujer, esta estaría dispuesta al sexo o algo asi...
Al término de 10 minutos o en el medio del minuto nueve, creo exactamente que fue a los 9 minutos y 17 segundos pero no recuerdo bien, Viviana tomo con una pinza de depilar al mosquito y lo probo con un mordisco leve en una pata y dio como veredicto que el mosquito ya estaba listo.
Los dos pusieron la mesa y se sentaron cómodamente en las sillas de paja que el primo de aurelio había comprado en una feria americana. Así al cabo de 76 minutos la cena había terminado había sido excelente y los dos seguían repitiendo el mosquito con mostaza. Compartiendo besos y caricias Aurelio pudo satisfacer a nuestra amiga la zarigüeya y al el mismo.
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