Tenia, dentro de todo, algún plan en mente.
Y no es que sea de esas que quieren tenerlo todo bajo control.
Es solo que a veces no se muy bien para donde va la micro.
Cuando dije que después de todo no importaba tanto que me partieran la cabeza,
y que mi corazón da 5 y recibe 2,
y que de tanto dar me dolió todo, partiendo por el pulmón.
Y como la carne es débil y el demonio grande,
uno cae a patadas, derechito en ese hoyo grande y queda toda jodida,
lisiada y endeudada.
Entonces sale el viejo hippy y blanco, y te dice que no hay mal que por bien no venga,
y que mas vale pájaro en mano que cien volando,
y que a caballo regalado no se le mira el diente.
Y ahí recién caes en que nunca fuiste al dentista,
y en que de tanto darle y darle vueltas al asunto,
no acabas más que vomitándolo todo.
Y piensas en tu madre y en tus hijos, y en que ojala sea una niña,
porque parir un hombre es como parir un elefante rosado,
un gorila lector, un jabalí con un gran sexapil.
En cambio las mujeres son perras, del embrión a la muerte.
Cosa de principios.
Y cuando un perro ladra es porque no muerde.
Por eso la virgen silenciosa nos mordió los huevos con su muela sacra,
y nos lavo las heridas luego con su agua vendita.
Y dijo vendito sea el vientre y vendito sea el culo,
porque es el que nos da de comer,
y el que te coje los días las mañanas y las noches.
Parece que mientras más piense en mi madre, mas pienso en un perro guardián.
Parece que mientras mas pienso en la vuelta, más me desconcierta mi partida,
absurda hija no reconocida del pánico escénico y el inconsciente colectivo.
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