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Manda una señal

Te voy a contar un cuento en el que a lo mejor conoces a sus protagonistas o a lo mejor conoces el café en el que se conocieron. El estaba allí como cualquier otra mañana, tomándose su café, fumándose su cigarrillo, viendo entrar y salir a las mismas personas todos los días a la misma hora, pero había algo extraño, una persona a la que nunca antes había visto, ella era rubia, alta con cara angelical y a la que le dejo prendado.

La vio sentada en la mesa del interior del café, rodeada de amigos y compañeros de trabajo, en esa en la que alguna vez nos hemos sentado para comer y para decirnos verdades como puños y ella hablaba y reía mientras se calentaba las manos y tomaba a sorbos su café. El la vio tan hermosa allí en aquella mesa que le parecía un ángel caído del cielo. Un día que ella estaba sola desayunando, mientras leía un libro, no pudo evitar acercarse para decirla algo.

Lo primero que hizo fue preguntarle por el libro que estaba leyendo con tan mala suerte que no tenia ni idea de quien era el autor ni de que iba el libro, pero bueno, nuestro protagonista es un hombre curtido en la noche y en hablar con otras personas y acudió a otras estrategias que en otros momentos le habían surgido efecto, y la preguntó.

Y bueno, si en gustos literarios no coincidían si coincidían en otras cosas, la pregunto en el tipo de música que le gustaba y sí, aunque no coincidían en gustos literarios si lo hicieron en gustos musicales. Empezaron hablar y hablar de todo un poco y terminaron hablando hasta de la reproducción del calamar. Y quedaron al fin de semana siguiente para ir a un concierto de un grupo mexicano que tocaba en Madrid.

Nuestro amigo era una persona normal, de buena apariencia, caballeroso, muy sonriente, alegre, detallista, siempre pendiente de ella, sí le gustaba o se lo estaba pasando bien, una estrategia que le dio resultado porque ella le cogió de la mano al final del concierto y así salieron del el, y el le pidió que fueran a tomar una copa y a seguir contándose verdades, y ella dijo que si.

También coincidían en gustos gastronomicos, eran golosos hasta la medula, sobre todo con el chocolate y si era blanco mejor. Coincidían en todo, hasta en gustos cinematográficos y al fin de semana siguiente se fueron al cine. Él le pregunto si le gustaban las películas con finales felices, ella la dijo que si, vieron la típica peli en la que el chico le gusta la chica, la chica le gusta el chico pero que siempre pasa algo que no pueden estar y justo al final se reencuentran y pasan la vida juntos.

Pasó el tiempo y una mañana se levantaron dándose cuenta que el uno estaba terriblemente enamorado del otro, que el uno no podía vivir sin el otro. Y quedaron en el mismo café en el que se habían conocido, en la misma mesa en la que se encontraron, en la misma mesa en la que tú y yo alguna vez hemos comido y nos hemos dicho alguna verdad. Y cuando el fue ha abrir la boca, ella que ya sabia con solo mirarle a los ojos lo que estaba pensando se le acerco y con la mano le cerró la boca y dijo:

“Calla, se lo que me vas a decir, se que me vas a decir que me quieres más que nada en el mundo, que sin mi no puedes vivir, que me necesitas para todo, pero te tengo que decir que yo aunque tengo las mismas sensaciones no puedo, tengo que irme, que también te quiero mas que a nada, pero que tengo que irme, que me tengo que ir lejos y por mucho tiempo, ¿qué te parece?”.

Y el dijo que le parecía mal y que casi prefería que se quedase, que aunque ahora son amigos, pero que quería ser algo mas que eso y ella le dijo que eso es lo que había, que no le quería hacer daño, pero que no podía ser, pero que no se preocupase porque ella cada 15 días le iba a mandar una carta de amor, una terrible carta de amor en la que le contaría lo que había hecho, lo que no había hecho, lo que harían juntos, lo mucho que le echaba de menos y lo mucho que le quería y que impregnaría cada carta con su perfume para que nunca la olvidara. Y le dijo que bueno pero que seguía prefiriendo que no se fuese, pero ella se fue.

A los 15 días puntualmente llego la primera carta a su buzón y él la abrió nervioso y allí ella le contaba lo que había hecho, lo que no había hecho, lo que harían juntos, lo mucho que le quería y lo mucho que le echaba de menos. Pasaron otros 15 días y llego la segunda carta, pasaron otros 15 y llego la tercera. Y el vivía marcando en el calendario los días, soñando que llegara ese decimoquinto día en el que llegara esa carta, ese mensaje o esa señal de amor en la que ella le diría: “muy pronto amor mío, muy pronto estaremos juntos”.


Paso el tiempo y las cartas casi no cabían en su mesita, y el pasaba el tiempo leyéndolas, y las releía de camino al trabajo, y por las mañanas cuando se levantaba, mientras comía y también mientras dormía leía aquellas cartas, aquellas hermosas cartas de amor que ella le mandaba puntualmente cada 15 días. Aquello era su más preciado tesoro así que nuestro amigo se compró una gran caja fuerte para meter todas las cartas. Y allí fue metiendo todas las cartas y antes de dormir, cogia una carta y olía la carta impregnada en el olor de ella, cerraba los ojos y dejaba pasar su imaginación como si ella estuviera allí al lado suyo hablándole y diciéndole lo mucho que le quería.


Pero un día dejaron de llegar aquellas cartas de amor. Él pensó que podía ser un error de correos, que quizá se había extraviado alguna de las cartas, y pensó eso el decimosexto día, el decimoséptimo, pero cuando paso un mes se dio cuenta que no iba a recibir mas cartas, sin previo aviso habían dejado de llegar, y el ahora vivía aferrado a su memoria, aferrado a su pasado leyendo aquellas cartas de amor que aquella mujer le mandaba cada 15 días.


Y las releía, las abría y las guardaba cuidadosamente en el sobre, y las volvía a meter en aquella caja fuerte repleta de cartas de amor. Un día nuestro amigo salió de casa con tan mala suerte que entraron unos ladrones y al ver la caja fuerte pensaron que contenía grandes tesoros y riquezas y se la llevaron.


Imaginate la desolación de nuestro hombre cuando entra a casa y se da cuenta que le han robado lo que mas quería, aquellas cartas de amor, aquella caja fuerte llena de cartas de amor en la que ella le contaba lo que le quería, lo que había hecho, lo que harían juntos, lo mucho que le echaba de menos.

Y desesperado nuestro hombre salió a la calle y empezó a preguntar como un loco por las aceras a la gente por una caja fuerte llena de cartas de amor.


Imaginate también el enfado de los ladrones cuando al abrir la caja fuerte en su guarida descubrieron que estaba llena de cartas de amor que una mujer escribía a un hombre desde muy lejos contándole lo que hacía, lo que no hacía, lo que harían juntos, lo mucho que le quería y le echaba de menos.


A veces sucede que los ladrones son buena gente y cuando el jefe propuso que lo que había que hacer con aquellas cartas era quemarlas o lanzarlas al río, a uno de ellos que sabia lo que era el amor se le ocurrió otra cosa.


Paso mucho tiempo, quizás meses y un día que el llego del trabajo, justo al lado de la puerta de su casa vio una gran caja, el pensó que algunos de sus vecinos la había dejado olvidada allí, pero le entro la curiosidad y al abrir la caja le cambio la cara, eran todas las cartas de su amada, se las habían devuelto. No entraba en gozo, entró dando saltos de alegría, gritando y saltando, se puso a leer todas las cartas, al terminar de leer la ultima, le entro una tristeza muy grande, pensó, solo me queda esto, he recuperado lo que mas quería, pero me doy cuenta, que realmente lo que mas quiero no lo tengo. Cerró la caja y la guardo en su armario.

Se sentó en su escritorio, cogió un folio y su pluma estilográfica y empezó a escribir, a escribir una carta aquella rubita que tanto añoraba, quizás una carta de amor, quizás una carta de despedida, la contó todos sus sentimientos durante todos estos años que no la había visto y finalizo diciéndola:


“Vivir, sin tí vivir,
estarse muriendo sin morir,
estar sin tí, estarse muriendo sin morir,
amor, donde estaras,
mandame un mensaje, una señal
y no pararé,
no viviré sin tu amor.

No lo puedo soportar, no me quiero derrumbar,
mándame un mensaje, una señal,
madame tu luz amor,
manda una señal de amor...”



Días después ó semanas, al abrir el buzón encontró una carta, una carta de ella, una carta de amor, le pedía perdón por todo ese tiempo que no la había escrito pero después de todo ese tiempo se había dado cuenta de muchas cosas y se habia dado cuenta de que ella durante años:


“Había estado caminando por las calles empapadas en olvido,
iba por los parques con fantasmas y con ángeles caídos,
iba sin luz, iba sin sol, iba sin un sentido, iba muriéndome.
Iba volando sobre el mar con las alas rotas.

Ay, amor, llego tu carta y me curaste las heridas.
Ay, amor, eres mi luna, eres mi sol, eres mi pán de cada día.
Apareciste con tu luz.....”



Y ahora nuestro hombre resucitaba con la esperanza de encontrar al decimoquinto día una carta, un mensaje o una señal que le dijera:


“MUY PRONTO AMOR MIO, MUY PRONTO ESTAREMOS JUNTOS”

Para una persona muy especial, para una persona que es muy especial, para PL

Texto agregado el 13-03-2007, y leído por 343 visitantes. (4 votos)


Lectores Opinan
08-05-2007 Me gustaría charlar contigo si quieres, para comentar unas cosas, mi correo, briseida-28@hotmail.com gracias briseida
07-05-2007 Ya se a dicho, casi todo lo que se podía decir de este cuento, pero me a entrado un conquilleo por el estomago al terminar de leerlo, verdaderamente un cuento bello, de muchas emociones, un poco atropellado en algunas fases, pero se nota que hay sentimientos ocultos detras de el. Con algunos retoques sería un cuento de amor maestro. Un saludo a todos y un beso briseida
13-03-2007 es un cuento precioso. me encanta la forma en que llegan a conocerse contandose verdades y pasando horas y horas hablando. y a pesar de que ella se va, estoy segura que el ocupara un lugar muy especial en su vida. es un cuento muy bonito aunque lo unico que le supera es la cancion que lleva por titulo. un saludo la_chiquitina
13-03-2007 Un cuento muy lindo, donde él expone sus inquietudes y sentimientos hacia esa persona, luchando para conseguirla y haciendo su sueño realidad, me a gustado mucho. cristi24
13-03-2007 Perdón, debe decir; Sin embargo, el amor de él logro hacerla regresar. Saludos! candy11
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