FUNDAMENTO, VERDAD Y EXPRESIÓN
Desde mi punto de vista a partir de la lectura realizada; hablar del fundamento ontológico o el sostén del Ser tiene sus orígenes en si mismo, no cabe preguntar por él, muy a pesar de la existencia o inexistencia del hombre. Pero en el transcurso de la historia el hombre ha tratado de dar un fundamento racional y se ha alejado más del Ser y del ente a como era en el inicio de los tiempos en los cuales se preguntaba por el ente aludiendo al Ser o se decía tenerlo en la frente del logos sin que este fuera capaz de reconocerlo.
Pero en el transcurso de la historia las diferentes respuestas han ido cambiando: Parménides lo identifica con toda la realidad, que describe como una, continua e inmóvil, y lo opone simplemente a la nada, o a lo que no es. Para Platón es la idea, pero también una más entre un conjunto de ideas fundamentales. Aristóteles, verdadero padre del concepto de ser occidental (sin olvidar lo dicho anteriormente, que el Ser es con o sin el hombre), lo constituye en objeto de estudio de la metafísica y una de cuyas características fundamentales es que se dice de muchas maneras: pero la principal es como sustancia primera o motor inmóvil, siendo solo motivo de la razón y no de los entes. Así es como se avanza en el estudio del Ser y como se le va ocultando sin olvidar a Descartes, Nietzsche y Heidegger entre otros más. Aclarando que algunos se acercan más o abren brecha para el reencuentro con el Ser dejando de lado la tradición y buscando otro sendero como Nietzsche que lo mira en el hombre y no en la tradición.
Lo importante en Descartes es que plantea el fundamento a través de un método y aunque lo deja en la razón se tiene que hacer permanente y evidente a la vez. Luego entonces con un punto inmóvil y firme es capaz de mover a la tierra de su sitio; el fundamento como firme e inmóvil permite acercarse a la realidad del Ser, más aún, tiene que ser cierto e inconfuso así, con esto el premio final será el fundamento sobre la búsqueda misma. Pero esta búsqueda no es más que el encontrar en cada época lo que uno mismo ha colocado; por esto que menciona Kant nos damos cuenta que la búsqueda del fundamento y del Ser mismo se ha conducido por donde el mismo hombre ha querido en las distintas historias y épocas.
Más adelante encontramos que la filosofía misma ha encontrado los modos mismos de la fundamentación, pues es ella misma quien hace conciencia en los hombres de las necesidades de fundamento y antes de la filosofía existía el mito como fundamento, pero con la aparición de la misma se fundamenta sino más al menos si de manera racional, puesto que es imposible la existencia sin fundamento.
Por esto Eduardo Nicol regresa al Ser y este retorno no se mira en retroceso, más bien es un andar por el sentido inverso, donde se coloca antes de toda fundamentación dada por la filosofía, mirando lo que siempre es y ha sido el Ser, y así este Ser será el único que pueda sustentar toda creación del hombre ya que es la pluralidad misma de los entes aunque cabe aclarar que no se resume en estos, y los entes son solo la presentación del Ser. Con esto nos damos cuenta que el Ser siempre ha estado, de siempre esta y posibilita en los entes la ciencia y los postulados que esta misma establece, las leyes que el hombre descubre no son otra cosa que manifestaciones de la constancia del Ser. Puesto que el Ser es lo eterno e inmutable es lo único que da sustento a las ciencias y a la existencia misma. En otra palabras diremos que el fundamento de toda existencia es el Ser mismo.
En esto cabe aclarar que el hombre como ente ha estado y estará en la presencia del Ser, solo que este tiene la posibilidad de cuestionarse más afondo y rigurosamente por sus peculiaridades, lo que posibilita que su expresión sea más apegada a la verdad. Puesto que ente es todo aquello que posee ser, aunque no agote todos los rasgos del Ser. Es una concreción particular del ser; en cierto modo, puede afirmarse que un ente es un ser existente de modo concreto, con unos rasgos determinados, pero no es el Ser. Aquí es pues donde se marca el retorno de Nicol ya que los griegos identificaban la pregunta por el Ser con la pregunta por el ente. Y es ahí donde se nos hace la invitación para participar en esta búsqueda del aquí y ahora, no en el más allá y para después. Puesto que el Ser es un hecho al modo de las leyes, y el ver que las ciencias preguntan por el ente y avanzan respecto al ente es por que esta implícito el Ser.
Ahora bien para poder dar razón de estos hechos se requiere del logos y se requiere intuición y razón; misma que es encontrada en el logos del hombre, este ente particular es capas de parlar con los otros y de hacer asequible así mismo y a los demás el hecho de que hay Ser y este se manifiesta en los entes como él mismo. El logos funciona como razón y palabra que dan cuente de un hecho ese hecho es que hay Ser y es lo mas inmediato que tenemos. Así se rinde cuenta al ver que dos personas dialogan y pueden coincidir o discrepar en sus ideas es dejando de manifiesto la objetividad de el Ser mismo. Por eso el Ser como fundamento y verdad lo percibimos en el logos.
Es pues a la manera de Heráclito puesto que este fue el primero en utilizar el término logos en una dimensión metafísica. Afirmaba que el mundo está dirigido por un logos parecido al fuego, una fuerza divina que produce el orden y el modelo perceptible en el flujo de la naturaleza. Creía que esta fuerza es similar a la razón humana y que su propio pensamiento participaba del logos divino. Así es como el hombre participa del Ser, del ente y lo manifiesta por su propio logos.
Y podemos ver como el Ser se convierte en fundamento de si mismo pues no requiere de otra cosa, se manifiesta en los entes y su mayor expresión para hacerse asequible a las cabezas duras es el logos.
De lo antepuesto, podría ultimarse que el hombre es un ser ontológicamente insuficiente; como tal, desea reunirse consigo mismo, para completarse, y sólo puede completarse con el otro, que le es propio y ajeno a la vez. Por su misma insuficiencia ontológica, el hombre se ve en la necesidad de intentar ramificarse, saliendo de los estrechos límites que le reserva su mismidad. Para poder emprender la búsqueda de la otredad, el hombre expresa. El logos la razón y palabra a la vez por la cual podemos abordar al ente.
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