Silencio sonoro que envuelve la tierra
en pequeños misterios, balbuceos,
raíces entre manos hablada del miedo;
“quejios”, cuerdas, melodías, hilos solitarios.
La guitarra.
El tiempo ha puesto copos
frente al día de la esperanza;
jaula alcanzando el futuro, figuración pura,
ilusiones. Íntimo diseño del verso recogiendo,
hombros nacidos hacia los sobresaltos
formando campos verdes, algunas veces, del cansancio.
Mano, cisne azul, por la luna estridente,
barricadas en manejos transferido hasta la propia conciencia.
Oscuro cielo mirando, tierra abrupta, belleza.
Mar junto a los oídos recogiendo la propia hermosura,
despertar, paisaje escondiendo la piedra, rocas, olor a caminos;
grito habitado para nosotros.
Sosteniendo el mensaje,
sombra, signos cubriendo la piel sin partículas blancas.
Vida desnuda en las heridas del fuego con colores ciegos. Abismal racimos, rojos ramos dentro del rastro, perfume, vientos matinales, manantial a pequeños fuegos.
Alba enamorada del clamor precipita el oscuro ambiente tras los dedos.
Traspasa las zozobras y alegrías, emociones respiradas, como alma que quiere olvidar los espejos del tiempo.
Piano con notas íntimas por la ternura ancestral de la música.
Ella te espera viva
abrazando la arcilla sorprendida.
Sombras, alientos con latidos, árbol, adivinando entrañas dormidas, propio cante. Retrato perenne sobre el vestir de rosa.
Huella y amor junto a los prados escondidos, jardines ocultos, hasta el sonar, nuevo lenguaje.
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