Pasas muy cerca me ignoras con arrogancia, caminas tan lento que suspiro con cada uno de tus pasos, estoy en el suelo deseando solo una mirada pero tu rostro se pierde en el infinito y esas tiritas doradas se mueven con el pasar del viento, nuestras miradas jamás se encontraran he aquí el final de esta historia.
(…)
El pecado me ha vuelto un reo de la intranquilidad soy esclavo de mis sueños, preso de un sentimiento que no me pertenece que ilusoriamente me ha dejado en el lugar en el que estoy; el infierno…
Y esa sonrisa farsante envía una luz calcinante que me enceguece con éxtasis. Miras al vacío esa es tu arma mortífera, aquella que me ha atrapado en el pasado sin dejarme escapar, esa que me ha dado un sentimiento de fracaso que envuelve mi mente y me ha desplazado a una desolación indescriptible, como decirte que te olvides de mi si jamás me has pensado, como logro burlarme de tu rostro si soy yo quien ha llorado, como cantar frente a las murallas de esta hermosa ciudad que te he olvidado si nunca te he tenido.
Cabeceas en tu mundo y entre la muchedumbre te has desaparecido… De nuevo vuelvo a sonreír con ese silencio ensordecedor, que me transporta como un alucinógeno y que se filtra en lo mas profundo de mi ser, estas dentro de mí. protagonista, muere pronto en esta historia aquella con la que sueño día y noche, clavándote un puñal mientras te beso… que profundo odio aguardo dentro de mi, que intensa pasión desborda mi cuerpo. Si aquel puñal adornado de rosas tuviera tu sangre, lamería de ella hasta embriagarme con su olor, y seguiría besándote, solo muerta lo permitirás; entonces allí gritaría, te escupiría la cara, burlaría tu sonrisa y te abrazaría hasta morir de nostalgia…
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