Me estas extenuando, tengo miedo que me digas que ya paso todo, que me dejes llorando, tengo miedo de que ya no pueda pensar en que te voy a hacer el amor, en que te voy a extrañar demasiado, en que me vas a hacer sentir estúpida e inútil.
Te juro que te pienso tanto que ya me duele la mente, te lloro débilmente pero me arden los ojos, nunca te tuve y no te quiero perder, no quiero tu exclusividad pero si tu amor, no quiero ni celos ni pendejadas pero sí atención y todo lo ingenuo de las palabras enamoradas. No te voy a molestar, no te voy a joder, no voy a ser pesada, con un te quiero podes hacer que vuele tan lejos, pero me estas enervando estas haciendo que todo a mi alrededor parezca grotesco, estas haciendo que te necesite a esta edad y en esta edad todo parece ser tan exagerado, pero no lo es.
Lo único que quiero es encontrarte una noche y no pensar en la posteridad, pensar simplemente en que estas desgarrando mis adentros azucaradamente, suavemente, pensar en que me decís palabras edulcoradas al oído, con saliva, con tu lengua ardiente, pensar solo en eso, no puedo pasar un momento en que no te imagine arriba mío sacudiéndome salvajemente.
Estas ahí y me quema tu ausencia, me arde todo lo que no pudiste dar ese día, esa noche tan trágica para mí ahora, esa noche en la que nadie me había mandado a verte, esa noche donde horas antes eras solo algo sórdido, eras uno mas, solo que un poco más interesante e inteligente,
Latigazos de fantasías no concretas de todo lo que pudimos hacer aquel día, cuando te vi y no supe como comportarme, no supe que decir, cuando te vi con ese talento glorioso y me sentí tan inútil a tu lado, cuando te abrasé y toque el sudor de tu espalda y era sublime tocarte, me recorrió unas ganas intensas de no dejarte ir, de besarte dulcemente y me masturbaras hasta lastimarme.
Pero te fuiste al final, un final intrigante sin nada concreto, solo pensar y remorderme y sentir que te había gustado, te vi irte y me dolió tanto, yo esperaba algo mas esa noche, cosas que me prometes pendientes, cosas que decís que harás, placeres que recíprocos prometemos, se que si te encuentro alguna día los nervios me mataran y se que estará tu mano suave para calmarme, se que me dolerá esa penetración, y me gustara tanto su dolor.
Pero sigues así, prometiendo y yo asesinándome por dentro, el deseo come mis entrañas y quiere desquitarse con otro cuerpo, para nada es más eminente que vos, nadie te alcanza y sin embargo yo me siento una estrella mas entre otras, que sin tu mirada no existe, que sin tu presencia ya dejo de existir hace miles de años.