Una conversación por Internet habría dado la invitación que todos anhelamos alguna vez en nuestras vidas, genero la emoción que propicia la búsqueda de la verdad, Aquella novedad que sentía, que ya la conocía según pasaban los minutos y el dialogo se expandía, mientras yo navegaba buscando el origen de mi apellido o algún pariente; pero no, sabia que esta persona escondía un extraño secreto familiar, esa tarde le comente a mi madre que había logrado contactarme con un pariente, cosa que de por si era muy emocionante, porque la duda de la composición de nuestro apellido, no era una deformación del mismo al llegar a América; sino un secreto que cambiaria mi vida.
Toda esa tarde me quede pensando que si es que estaba mal escrito el apellido en el Perú, porque este supuesto pariente que encontré tenia la misma mala escritura en Argentina.
De pronto me obsesione con tratar de contactarme con mas de los supuestos parientes y fui encontrándolos poco a poco, pero ambas familias dábamos con un antecesor en común, un hombre que se dedico a hacer comercio desde la patagónia Argentina, hasta la selva Peruana, indagando por mis tíos supe que aquel hombre llego aproximadamente en 1900, época en que mucha gente migraba de Europa, nadie de mi familia materna mostraba el mas mínimo interés por tratar de conocer nuestro origen.
Yo solía ingresar a Internet en las noches y mi supuesto pariente Ana, casi nunca se encontraba en línea, así que le enviaba correos y fotos de mi familia y ella hacia los mismo, enviándome las fotos de su familia.
Una de aquellas tardes después de contarnos chistes y uno que otro tema de nuestras carreras, tocamos el tema del esoterismo, el cual tanto me apasiona y quede sorprendido al enterarme de todo lo que ella conocía.
De pronto empecé a investigar temas que ella me había dejado con la duda, como el rectángulo áureo y la manera de pintar de Dalí, la arquitectura Egipcia y otros temas que me llenaban de preguntas sin resolver y todo lo sentía como un calidoscopio que va transformando las formas y figuras en mi cabeza; sentía que la gente de alguna forma, esta predestinada a tener una misión en la vida.
La escasez de trabajo, hacia que me dedicase cada día mas y mas a la lectura y el poco ingreso monetario que tenia de trabajos independientes era para ahorrarlo al máximo y juntarlo para poder viajar a cualquier lugar donde hubiese algo interesante.
Un buen día le conté de los misterioso que había sido titularme, de lo exquisito que es en la arquitectura buscar tu símbolo filosófico, de darle un alma a tu proyecto y recordaba el sucesivo contacto con ángeles y arcángeles que tenia en mi sueño, era como vivir alucinado en un hermoso mundo paralelo y le conté al detalle como el Phorlach, mi símbolo, el nombre de mi arcángel había influido en mi proyecto de arquitectura y hoy era parte de mi vida, le conté como sucedió aquella vez que no hallaba un motivo para trabajar mi proyecto y como en tanto silencio se cayo un libro de esoterismo del estante de mi padre y había caído abierto, de pronto al enfocar mi vista estaba esa palabra, la leí y encajaba era como mágico, mi proyecto era un hospital para niños y el símbolo de este proyecto era un arcángel de la tierra, protector de los niños y que descansaba en una piedra filosofal, simplemente perfecto, Luego le seguí contando de como todo eso influencio en mi persona.
Así que ella me comento que en algún lado había leído que el rey Arturo de Camellot era influenciado por arcángeles y su punto de vista sobre Merlín era que era un maestro espiritual, eso me gusto mucho; pero me impacto que aquel día me comentara sobre la relación del rey Arturo y el Argentum, que en latín significaba paraíso terrenal y de un navegante Percyfall que ya conocía del continente Americano 500 años antes que Cristóbal Colón; Así que empecé a indagar de todo esto que Ana me había comentado y cada vez me gustaba mas lo que me contaba; así que en una pagina encontré algo que coincidía con lo que Ana me había contado trataba de el misterio del Cerro el Fuerte en la Península de Valdés, sin duda estaba dispuesto a emprender el viaje hacia la península de Valdés y convencerme de esto o desengañarme de una vez por todas.
Las semanas transcurrían y en muchas oportunidades pensé que no podría hacer el viaje.
Medio año después partí hacia ese país tan bello, fui directo de Tacna a Buenos Aires y de allí hasta Chubut, donde me esperaría Ana.
Apenas llegué la llame y quedamos en encontrarnos en un café, ella me dijo que como haciendo turismo vaya en Puerto Madryn, al Ecocentro, cuando llegué quede encantado de ver aquel paisaje de cómo aquella construcción se integraba al mar, de como el viento golpeaba las rocas y aquel mirador en el acantilado era como estar en otra dimensión, una arquitectura precisa y por dentro lleno de pinturas, dibujos, era toda una completa expresión de arte.
De pronto sentí que alguien me miraba y como era el único chico trigueño no fue difícil ubicarme, entonces charlamos un largo rato sobre nuestras familias y esa pasión de lo relacionado a lo místico que nos conectaba, luego me comento que tenia todo arreglado para llegar al Cerro el Fuerte, el viaje seria al día siguiente y era un tramo bastante largo por la ruta asfaltada, La entrada a la península ya es un deleite para los sentidos. El agua flanquea los dos costados de la ruta, en ambos lados se podía apreciar la inmensidad de ese azul intenso del mar patagónico.
De un lado, el Golfo Nuevo, y sobre el otro el Golfo San José, baje un poco el vidrio del auto y pude oír el chirrido de las ruidosas aves que habitan cerca, en la Isla de los Pájaros, y que parecen dar la bienvenida a los visitantes.
Desde la reserva de fauna y ecología, alquilamos un paseo con aeroplano, para divisar el golfo san Andrés y apreciar todo lo que se pudo el paisaje, de pronto era cierto se apreciaba una especie de construcción derruida pero con la forma de un fortín militar, donde dicen que encontraron piedras traídas de Glastonbury con la cruz templaría y no había nada mejor que bajar a verlo en directo y estar allí, así que el piloto nos dijo que justo hoy había llevado a unos arqueólogos al lugar, así que fuésemos solo un momento, habiendo aterrizado, nos acercamos lentamente al grupo de arqueología, manteniendo la distancia y de pronto este arqueólogo, con cierta pinta de hippie, una barba gris, muy poblada y que parecía que en muchos años no se la había recortado, un hombre que pasaría los 60 años nos dijo que hacen Uds. aquí este lugar es sagrado, no ven que estamos trabajando y Ana empezó a hablarle de todo lo que conocía yo por dentro pensaba esta chica esta loca, pero el arqueólogo atento escuchaba todo y le dijo a su equipo encontramos otro Darwin y ellos rieron, ella me presento como su primo de Perú, el arqueólogo me pregunto el apellido y me dijo algo escuche de ese apellido pero no recuerdo si en Francia o Italia y eso era cierto algo de ello había entonces efectivamente este señor presto un poco de su tiempo para explicarnos muchas cosas que sin duda eran una primicia como el pozo que había dentro del fuerte, de donde aun fluía agua, nos dijo que ese pozo fue elaborado por los incas que era una forma muy peculiar de llevar agua con un aparejo de piedras especial, que ese no era trabajo de europeos, entonces se me hizo en la cabeza una mezcla de todo.
El mismo nos sugirió que cuando estemos en el aeroplano demos vueltas en círculos y veremos que el castillo tubo alguna vez la forma de un ave con las alas abiertas, apuntando su vista hacia el mar. Ya con todo eso estaba fascinado todo ya tenia una respuesta de el porque los españoles trataron de ocultarnos toda esa información y que nadie en esa época se atrevería a hablar por miedo a la santa inquisición o por intereses de la Iglesia en ocultarnos información y mantenernos ignorantes, toda esa búsqueda ya tenia sentido, luego nos comento que nuestro apellido habría sido extinto debido a diferentes sucesos enfermedades, guerras o persecución, que lo importante no era saber nuestro pasado sino saber que habíamos sobrevivido.
Aquella tarde comprendí a que había ido, dormí como en casa. Los otros 3 días que me quede en puerto Madryn fueron para conocer museos, tomar fotos y nada mas, me despedí de mi nueva familia con la promesa de regresar. Luego partí con dirección a mi país, con el mayor recuerdo de mi vida y sobretodo sabiendo que jamás hay que estar cerrado a algo sino abrirse a nuevas posibilidades, ver las cosas de otra manera, disfrutando la vida y creando nuestra propia historia.
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