Cuentos sobre pedido
Escríbeme un cuento para no desaparecer. Busca, entre los baúles de tu sótano, las cosas más inservibles con las que puedas construirme como fantasma de un tiempo más lejano. Rescata de tu tintero una gota que me haga volver y cubrir esta hoja por completo. Yo puedo imaginar mil finales diferentes, intentar darte mis espacios para que ensayes en cada uno de ellos.
Prometo quedarme quietecita y en silencio, prometo convertirme en estatua, en ausencia, en nada; hasta que encuentres en tus letras un pretexto que me traiga de vuelta.
Escríbeme un cuento con historias incrustadas, como esos tapetes viejos que cuentan mientras cuentas, con espejos que me reflejen al infinito de tus ojos, con laberintos perfectos donde pueda jugar a perderme mientras te encuentro.
Busca debajo de mi epitafio aquello que ya no quiero; lo que mi estúpido orgullo imagina es cero, las cosas perfectas que aborrezco, lo siempre guardo, lo que no quiero, lo que es tuyo y te ha esperado, lo guardado, lo inédito, lo gastado.
Encierra en otro libro las contradicciones y los miedos, las palabras que sobran y los espacios compartidos, los lugares perdidos y los tiempos vendidos, las manos vacías, los órganos aplastados por el peso de los domingos, los pies mutilados, los cuerpos corrompidos, la sangre helada, la piel seca, las aferradas neuronas, los deberes, los prejuicios y hasta a los amigos. Y lo que no entendemos déjalo para otro cuento que se pierda en el olvido y quédate sólo con mi cuerpo para que tu mano encuentre un espacio donde puedas inventar este intento.
Escríbeme un cuento para dormir abrazada a tu espalda de noche velada. Uno para soñar sin dragones, ni espadas, con princesas imperfectas, con amantes defectuosos; sin colores, ni rostros, ese donde sólo quede el deseo para soñar otro sueño. Otro más para la tarde, que rompa el tedio de este día que ya no tengo; otro que esta vez sea más frío. Píntalo con la oscuridad que le robas a mis lunas. Llénalo de monstruos de ojos completamente negros.
En fin, escribe siempre un cuento para mí mientras imagino tus dedos chorreando historias en mi cuerpo, recorriendo espacios, modos, personajes y tiempos, mientras imagino que en mí piensas inventándome para lo que inventas, creándome mientras creas, creyéndome mientras creas… que este cuento es otro comienzo.
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