Me citaste a la noche.En la coqueta confitería de siempre.
Alli nos conocimos.
Desde hacía treinta años allí nos reuníamos para las fiestas famillares.
Treinta años de darte mi amor,mi pasión encendida.
Mis noches de luna.
Mis siestas de lluvia.
Hacia ya quince días que no dormias ni comías en casa
Pretextando siempre mucho trabajo,por lo cual te quedabas a amanecer en un hotel céntrico.
Por el tráfico y la demora de los trenes.
Para que yo durmiera tranquila y no esperara tan de noche a que aparecieras tan tarde.
Ayer me llamaste,
Sonó el teléfono y como mil campanitas de luz, parecieron iluminar mi corazón.
Mañana a la noche.En la confiteria de siempre,necesito hablar contigo.
Sé pùntual,por favor,me pediste.
Y aqui estoy,mirándote a los ojos,con ese fulgor desacostumbrado.
Como si en ellos viviera alguien que irradiara una extraña luz.
Miré los estantes de platos llenosde exquisiteces.
Vos te frotaste las manos como cuando estabas nervioso
Me salía el corazón por la boca.
Sonreí a una señora del barrio que me saludó muy atenta.
Pero esperaba con ansiedad que me dijeras algo.
Mis manos estaban heladas.Todo eso me parecía irreal.
Mira Elena-me dijiste-.
En treinta años de casados jamás te engañé.
Sabes que te he querido mucho.
Hoy no sé que siento por tí.
Un golpe de sangre helada me congelò el pecho.
Ya no lo sabes? te dije.
Sé con certeza lo que me está pasando ahora y no quiero lastimarte.
Conocí a una persona que me deslumbró.
Nunca antes me sentí asi.
Mentiría si te dijera que no estoy conmovido.
Desplegué la servilletita de papel y me sequé la boca.
Estaba seca,como ardiendo.
Bajaste la mirada, esa mirada que yo amaba tanto.
Por favor,Elena,creéme que no se que me pasó.
En tantos años de casados es la primera vez,reiteraste.
Estoy enamorado como un adolescente.
Miré por la ventana.Llovía torrencialmente.
Por favor, pagà al mozo y llevame a casa.
Mi garganta emitía sonidos guturales que sólo yo ecuchaba.
Era el dolor.La frustración .La pena.
Estás muy bonita -me dijiste-
Me pareció una burla,Una enorme burla.
Ay Dios mío-imploré-
Que no se vaya .
No lo soportaría.
Aunque no me quiera,que no me deje.
Y jamás me pareció tan negra y oscura la noche.
Flores blancas parecian tus mejillas.
Rosas secas,parecían las mías
Y tu corazón que temblaba y el mío que rogaba en silencio.
Bajè del coche,casi sin pisar la vereda que chapaleaba de agua.
Me sostuvo la pared.
Estás bien?preguntaste-
Y un alarido cerrró mi garganta.
Mañana te llamo,asi combinamos para cenar una de éstas noches.
Debemos hablar con calma.
Me diste un beso helado.
Y yo en otro dejé toda mi tibieza.
Adíos mi amor!.grito mi corazón.
Si claro,dijo la razón.
Y puse la llave en la cerradura,para tirarme a gritar sobre la alfombra del living,que todavia guardaba el resonar de tus pasos.
Rosatenue
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Respuesta
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De: SlovenlyOscarnestor Enviado: 14/10/2005 22:28
En una presentación exquisita,la historia de Elena estruja el corazón.Que bien la cuenta Rosa tenue.
Gracias por aportarla.
Oscar.
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