La frontera del engreido deseo. La arrogancia del pasado. La nostalgia del futuro, todos como clones de un alma que encarnan lo irremediable de la memoria, incitada al violento pensamiento, ensimismado y proyectado en lo que a asumido como amor. Y como amor asumido trato de calzar mis pies en las huellas pisadas varias veces, y no encajo, una y otra vez, y no encajo, el camino humilla mi inteligencia, la pericia de mi vida como un experto encajador .
15 grados de mentón arriba, tal vez sea un poco exagerdo, pero no se necesita mucho más para ver al frente y no lo pisado, las huellas que no encajan.
Inaccesible realidad, intocable amor, todo tengo y nada alcanzo, mis pequeños brazos, mi corta visión, mi sed de nostalgia, dejan que se me escapen las huellas de mi costado.
Solo un paso para ver que no tengo que encajar, tengo que transformar la materia arenosa, suelo virgen que me espera, todo lo que yo quiera. ¿Por qué mis huellas no encajan en esas, si son los mismos pies de hace unos años?, ¿creció mi ego?, ¿o tal vez mi amor?, ¿nuestro amor?. Un ínfimo y resurgente recuerdo, no de años, más bien de la nueva temporada. Me apoyo en lo íntimo del fruto ajeno, para vencer los miedos, y baja la humareda, por debajo de las huellas. Y te veo, ahí conmigo, siempre conmigo, en la nueva temporada nunca estuve solo, aunque mi mente sea una isla en mi ajena vida compartida. Ahora te veo, y hago 15 grados de mentón arriba, nos espera algo más que memorias, nos espera el futuro.
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