Hola; antes de nada, os pido que no me odieis después de leer ésto, aunque odiarme ya no tendría ningún sentido.

Ahora estoy sólo, sentado bajo un árbol de las montañas...mis montañas.Miro hacia esas sinuosas formas que se le antojan a la naturaleza y no puedo dejar de pensar en aquellos tiempos en los que todo era muy diferente a como lo es ahora. Hace unos meses que perdí a mi familia. Primero mis padres...después mis dos hermanos. Éramos muy felices juntos. No había familia más unida que la nuestra. Hoy miro a otros padres con sus hijos y no puedo evitar ahogarme en lágrimas. Recuerdo cómo nos cuidaba nuestra madre cuando éramos pequeños y como esperábamos, jugando con nuestros amigos, a que regresara nuestro padre con algo para cenar. Me encantaba sentir las caricias de mi madre detrás de las orejas cuando nos íbamos a dormir. Un día mi padre se fué, como todas las tardes, y nunca más regresó. Recuerdo cómo lloraba mi madre cuando lo encontraron muerto a orillas del río. Jamás logré superarlo. Ahora estoy sólo y no sé como terminará todo ésto aunque sé que hicimos lo que pudimos por no escribir éste final en nuestra historia. Dicen que la esperanza es lo último que se pierde y yo aún sueño con el día en que todo vuelva a ser igual que antes ...un momento...¿qué es ese ruído?...oigo pasos y el ladrido de un perro...que se acercan hacia mí...alguién ha cargado una escopeta. Si no sobrevivo, me gustaría deciros que no os guardo rencor por no hacer nada cuando el futuro de mi gran familia estaba en vuestras manos. Pudisteis salvarnos pero no quisisteis escuchar aunque...los animales no sabemos lo que es el odio ni el rencor.
Os preguntareis que quién soy ...Pues bién: yo soy el último lince Ibérico.





María Audije©