La naturaleza de Dionisio
Adriana- dijo Dionisio- “Eres un laberinto: Teseo se ha extraviado dentro de ti, ya no tiene hilo alguno ¿de que le sirve ahora el no haber sido devorado por el minotauro?, lo que lo devora es peor que un minotauro”...
-Oh gloria al cielo habitado! –dijo Dionisio- me encaminas atándome todavía al mundo de los mortales. Esparzo aun eternamente la ira de Era por los campos y océanos profundos y purifico a su ves todo lo humano con el manto de Rea. Y, a pesar de esto me ofendes rey de Orcomenos, me ofendes cuando no deseas glorificar mi honor y hechos en tu mundo, a pesar de compartir con prometeo las enseñanzas a los mortales y a pesar de ser benévolo con tu vida. ¿Acaso osas impedir que esas hermosas doncellas participen conmigo en el festejo a la tierra y a la naturaleza?-.
¡Oh dionisio! – decía Minias- te imploro que seas benevolente contiguo y con mis hijas, pero me niego rotundamente a aceptar que manches el espíritu noble y puro de ellas con tus conocidas ceremonias. ¡Leucipe!, ¡Arizpe!, aléjense de aquí, ya que puedo ver reflejado en los ojos de nuestro forastero las piedras más oscuras de la luna. ¡Dejen todo a las Erinias, hijas mías!, ellas nos vengaran.
¡Ilustre Minias!, me complazco al escuchar que a pesar de todo lo que he hecho con tu pueblo y navíos aun me guardes pleitesía, -decía mofándose Dionisio- pero las Erinias hijas de la venganza no significan nada para mi ni para los inmortales.
Dicho esto, Baco se transformo en una muchacha hermosa y les hablo al oído a Leucipe y Arizpe mientras las bordeaba con su mano. Después de la negativa de las niñas el semidiós les dijo:
Como osas Leucipe, Arizpe a rechazar mi invitación a participar en mi fiestas insultado al que no se debía insultar. ¿Rechazan mi orgía y bebida en el circulo del nuevo mundo de la naturaleza?. ¡Has entonces OH padre Júpiter un espacio más en el hermoso Hades, y que estas doncellas nobles bailen perpetuamente mis bailes y embriagándose en la locura de mi existencia!
Dicho esto, el bello y andrógino Dionisio se transformo en un león y rugía como el romper de olas en las rocas de la playa:
¡Salven pues a las nuevas pasajeras de Caronte, sálvenlas si hay alguien que pueda hacerlo!
-gritaba Dionisio transformado en león, y su risa frenética se confundía con la del fauno Sileno-
Acabo de decir esto, y el inmortal se transformo en pantera repitiendo lo mismo, y luego en toro. Las transformaciones fueron sucesivas y provoco el enloquecimiento en las muchachas. En el éxtasis de la locura, Leucipe tomo la mano a su hijo y dijo:
“gran Dionisio padre de las cosas múltiples, de la descomunal existencia, deja que te de a este carnero de ofrenda para iniciar tu sacrificio- Dicho esto Dionisio tomo a su hijo Hípaso y se lo comió vivo esparciendo la sangre y la alegría en las hijas del rey que miraba atónito. Las hijas, de alegría orate, recorrieron montañas y praderas; locas, consumidas en el frenético reptar de la embriagues mental, así corrieron enloquecidas hasta que el mismo Dionisio las transformo en murciélagos.
“Aquí van volando las nuevas criaturas de los aires nocturnos, así verán mejor el renacer que tengo esperado para los hombres, así culminaran ellas su vida volando nocturnas como todas las personas que no obedezcan las ordenes de la naturaleza, orates no son ellas , orates son todas las personas que me niegan. Así escribirán el nombre en sus almas, negándome buscaron su afirmación, su esclavitud a mi, su vida en mi, el padre de la humanidad ”
Dijo esto, Dionisio junto con Sileno y sus ménades y marcharon a la provocación del salvajismo, marcharon montado en la eternidad, a una fiesta en conmemoración de la muerte de Hípaso, era una fiesta llamada la Agrionia.
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