Otelo, maldito Otelo,
consumido por tu odio estás,
celoso del hombre,
maldecido por un dios.
En gracia te encuentras,
malagradecido feto,
en la oscuridad vives,
del vicio piensas,
y tus brazos apuñalas con filosa rabia.
Tu inmundo don bastardo,
- prédica a un muerto -
que vida tendrá por siempre.
Sabes que no significa nada,
cegado estás, querido amigo,
y tu salvación eterna tendrás
-mierda bestial sangrienta-
asqueado de respirar estás,
buscando napalm en oxigeno,
para consumir, desnutrido del amor,
esa muerte anhelada...
En tu alma estoy, censurando tu cordura;
Amistad por siempre tendrás, y odio rogarás con tu penas,
el amor conocerás por siempre, a una fiera codiciada por el hambriento,
y de celos morirás, querido Otelo, sufriendo del cariño, y tu corazón,
sangrando de ansiedad y muerte:
Al vivir te condeno, Yo, carcomiendo nuestro interior,
y odio por siempre tendrás, al amor traicionado, en tu lecho de vida,
Que Asi Sea
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