Se demostrará matemáticamente por medio de un ejemplo, la inconsecuencia a la que nos lleva el lenguaje humano.
Situación:
X = Sabes que Y, creo que los políticos son cada día más corruptos...
Y = Si, creo que si...
X = No sé, con todos los casos de corrupción que hay dando vuelta, los deberían meter a todos presos, o no...
Y = Si, seguro...
X = Además, la Iglesia que se mete en todo, y además de los curas pedófilos, también deberían estar todos en la cárcel
Y = Exactamente...
X = Buen sin contar ese presidente que se jura rey del mundo, y además se roba nuestra plata, creo que se deberian ir todos al carajo...
Y = Obvio, opino lo mismo...
X = Aparte , todo esto ocurre en todos los paises, vivimos en un mundo de mierda, no crees...
Y = Claro que si...
X = A ver, a ver, que acaso no tienes opinion propia ? Has acordado conmigo en todo, acaso no tienes opinion propia Y? Contradíceme algo de una vez por todas...
Caso 1:
Y = Bueno...
El caso 1 lleva a Y a una contradicción ya que X le ordenó que lo contradijera e Y no le contradijo su petición , pero diciéndole que lo iba a contradecir.
Caso 2:
Y = Me niego...
El caso 2 lleva nuevamente a Y a una contradicción ya que X le ordeno que lo contradijera e Y le contradijo su petición, pero diciéndole que no lo iba a contradecir.
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