Es increiblemente prejuiciada. Solamente un verdadero coñazo puede sacarla del atolondramiento estúpido en el que ha caido.
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El mejor aspecto del coñazo consiste en la ida del país de gran parte de tales atolondrados y el estar obligados a vivir y a convivir en sociedades distintas con patrones de conducta y valores completamente diferentes de los nuestros (tolerancia para con algunas drogas, liberalismo sexual franco, cosmopolitanismo, diversidad y falta de miedo y muy baja discriminación). El venezolano, atolondrado y estúpido se siente completamente perdido ahí; sus prejuicios y su materialismo, su pantallería en lugar de suscitar la admiración acostumbrada produce un rechazo hacia su ser o una incomprensión. No es un ser agradable y él no lo logra comprender. Otros, se adaptan y en ese cambio de valores conocen y disfrutan una barbaridad, comprenden que hay otras reglas de la vida, la convivencia, por ejemplo, o el respeto al otro (no basado en el temor), y se transforman... dejan así de defender los privilegios obtenidos en la historia por una estirpe "vencedora" y criminal y quizás puedan ser capaces de humanizarse y comprender lo absolutamente intolerable e inhumano de la situación y la cultura de este país. Se da cuenta que defender o que hacer parte de una estirpe privilegiada en un país de desnutridos e ignorantes muertos de hambre no es ninguna razón de orgullo y así, los habitantes de otros paises se lo dan a entender. Familiares preocupados. El venezolano finalmente teme el exterior.
El venezolano, ese venezolano, ya no es ahí ni aquí. Ha perdido su lugar en el mundo y teme estar aquí.
El venezolano, ese venezolano racista, pantallero, estúpido, abusador, protegido por una casta de ladrones y asesinos privilegiados de privilegios obtenidos por tal estirpe histórica de criminales provenientes de lo peor que ha tenido España y quizás el mundo, ese venezolano, finalmente se ve y finalmente se da cuenta de que no tiene lugar en el mundo, ya no haya quién se ría de sus abusos o quién lo admire. Dentro de un universo cosmopólita (en el que ahora debe convivir, por tanto enfrentarse con lo poco que realmente él es, y no solo estar de compras) se da cuenta de que no es más que un ser estúpido y mal educado, ignorante y repugnante hasta más no ppoder.
Celebro su encuentro consigo mismo y siento aumentar mis esperanzas hacia este país. |