Hoy decidí escribir. Veo el procesador de texto, y la hoja en blanco. Así se empieza, y yo veo que así termino. Tengo mis audífonos resonando con la música de U2, aleatoriamente la canción rebota con Axel Rose, el vocalista de la desintegrada banda The Guns n’ roses , y seguirá así el curso de las canciones, con el azar rigiendo su orden. No tengo nada que escribir. Ponerme a describo lo que veo, lo que me acompaña, lo que siento, me caería bien. No estoy buscando inspiración, aceptémoslo no la tengo, adiós a mi musa , sin conocerla. Me encuentro en la sala de mi casa, atiborrada de muebles, el espacio es estrecho, un televisor de 29 pulgadas, libros , un mini componente, que mierda de descripción. Que decir de unos muebles , sino sé de qué están hechos, si el color es desagradable, y si la habitación además está mal iluminada, y las cosas distribuidas, digamos que geométricamente aceptable. Quien dijo que escribir era fácil. Que tanto puedo pedir, que tanto me puede enseñar la literatura, uff! la lectura, si no puedo escribir. Si escribiera en una hoja de papel la arrugaría, y rodaría por el suelo , la aplastaría, como aplasto lo que no puedo resolver, lo que no quiero hacer, lo que me gusta, lo que debería superar, lo que debería mejorar, escribo sin derrotero, sin rumbo, si, ojalá tuviera una brújula que me indicara el norte, yo correría hacia el, me tropezaría, caería de bruces, franquearía puertas, sabiendo que voy por el camino, así sea el equivocado, quien dijo que quería facilidades, de pronto los que me leen las tienen, siempre las han tenido, tienen la fortuna de estar iluminados, han tenido decepciones, yo ni siquiera eso tengo. Pero yo no soy pesimista, me importa un bledo si opinan diferente, si ya me categorizaron como mediocre, como petardo, como aburrido, como, como y como, me toca masticarme las palabras, porque llenar los renglones sin ideas no tiene finalidad,no les parece.