RECONOCIMIENTO AL DEDO GORDO
El dedo pulgar hasta hace poco era considerado de muy poca importancia comparado con los restantes dedos de la mano, ya que su trabajo se limitaba básicamente a servir de apoyo a los dedos restantes cuando de hacer un trabajo se trataba.
Su actividad individual era muy poco, escasamente servia para lanzar una moneda al aire, o para matar uno que otro piojo, cuando su dueño sufría de este problema capilar, o para dar un pellizquito, ya fuera seductor o de rabia; esto dio paso a que fuera objeto de burlas entre sus propietarios que vulgarmente lo empezaron a llamar el dedo “gordo”, o el dedo “cabezón”.
En los últimos tiempos, y gracias a la tecnología moderna, el humillado dedo “cabezón” o “gordo”, empezó a tener una gran importancia dentro de nuestras actividades cotidianas, hasta el punto que hoy en día seria catastrófico si por alguna razón llegáramos a perderlo.
Su trabajo individual se ha multiplicado y él acepto el reto del modernismo con gallardía y responsabilidad. A pesar de estar en desventaja física con relación a los demás, puesto que solo tiene dos falanges, su actividad poco a poco se fue haciendo necesaria, y hoy dependemos de él para muchas actividades diarias,
El ha demostrado que es el mas versátil de todos sus hermanos y el mas ágil, a pesar de ser el mas gordo, o si no díganme con cual otro dedo seriamos capaz de marcar el numero del celular en una forma tan rápida y efectiva si no es con él?
Como seriamos capaz de cambiar de canal en la tele con el control remoto sin la participación de nuestro dedo “gordo”?
O cuanto trabajo pasaríamos tratando de dar al tabulador del teclado del computador con otro dedo que no fuera nuestro querido “gordo”?
Seria imposible, para los niños, jóvenes, adultos y mayores, jugar en el nintendo con un dedo diferente a nuestro amigo “cabezón.
La constancia y el trabajo responsable, aunque nos encontremos en desventajas, al final tienen su recompensa y el modernismo le permitió al dedo “gordo” demostrarlo. Hoy en día el dedo mas importante y más necesario de nuestras manos es sin duda alguna es el dedo “gordo”.
Por eso es el único (no hay más) que puede levantase orondo, para con una seña inconfundible, decirnos: “todo bien”, “todo bien”
JUAN JOSE RAMÍREZ CEPEDA
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