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Estaba aturdido por todo ese espíritu navideño en el ambiente, sus 3 hijos le habían pedido toda clase de regalos costosos y a esta hora estaba desesperado por llegar a la sección de juguetes que iban a reabrir en cualquier momento.

Yo la verdad no me preocupo por el juguete, he criado a mis niños muy bien y ellos saben que la navidad no depende de los regalos sino del espíritu navideño que está con nosotros en esta época. Pero no quiero que les falte nada en esta época. Son tan lindos, Javier ya aprendió a ir al baño.

Se había demorado, ¿no? Ya casi tiene 3 años.

¿Estás considerando a tu hijo lento? Además, cumplió 4 en Septiembre. Mi mamá los vió ayer y dijo que todos eran su viva imagen.

Sí querida... (ya decía que eran demasiado feos para parecerse a mí) mi amor, voy al... baño de hombres un momento, cuidame el puesto.

Se alejó de su lánguida y fumadora esposa para poder tomar algo en la cafetería que estaba en el segundo piso, desde donde se podía ver la juguetería, a donde regresaría apenas abrieran para volver a lidiar con su esposa que se hacía incluso más insoportable al llegar estos días.

Al llegar a la cafetería se sentó a observar la gente aglomerada en el primer piso, sabiendo que en cuanto abrieran la tienda esas personas tan detestablemente normales se comportarían como animales salvajes.

-¿Puedo sentarme aquí?

El hombre que le hablaba era bastante viejo, tenía en su rostro una expresión de amargura apenas comparable con la suya. Apena se sentó, sacó una caja de seis cervezas de su maleta y destapó una para ofrecersela.

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Se quedaron callados un momento mientras el viejo se tomaba su cerveza.

-¿Esperando que abran la juguetería?

-Sí, tengo que comprar los juguetes de mis hijos.

-Eso se demora. ¿Otra?

-Gracias.

-Esto es el fin del mundo. Nos hacen trabajar todo el año para hacernos tirar el dinero en esas sanguijuelas inmundas. Los niños son muy malagradecidos, pero si uno no les da regalos no aceptan que se portaron mal, solo dicen que somos malos padres. Incluso pueden denunciarnos al Bienestar Familiar si no les damos regalos, es un chantaje.

-Sí, un chantaje.

-Deberían haber más mandatarios como Herodes, pero ahora el gobierno solo los puede enviar a la muerte después de la mayoría de edad, para cuando eso pasa ya es demasiado tarde.

-Sí, muy tarde. ¿Puedo?

-Sí, adelante. La gente nace mala, eso es lo que son los niños, gente mala en crecimiento.

-Sí, gente mala, ¿ha visto como piden? ¡Papi, quiero el carro de Barbie!¡Quiero una bicicleta!¡Quiero comida!¡Quiero esto!¡Quiero aquello!

ATENCION, LOS SEÑORES GONZALEZ ESPITIA, PADRES DEL INFANTE (¿cómo te llamas otra vez?) CARLOS ANDRES POR FAVOR RECOJAN A SU HIJO QUE DEJARON OLVIDADO EN LA CAJA 16.

-La navidad es un absurdo, la gente se reune en familia para lucir mejor que sus otros parientes, despilfarrando lo que no tienen y hablando, averiguando la vida de todos sus familiares, anhelando encontrar algo escandaloso, sucio, algo que los haga sentir que su propia familia no es tan mala.

-Los niños, los niños, todo el mundo dice que el dinero no es importante, que la gente está en familia, eso es pura mierda. Los regalos de navidad reafirman el estrato social de nuestros hijos. Uno les puede decir que los niños buenos tienen regalos y los que no se portan bien tienen un pedazo de carbón, pero si el niño con padres ricos tiene dinero, recibirá un pedazo de carbón mucho más costoso que cualquier juguete de cualquier niño.

-Tome otra, en confianza.

-Sí, sí. Eso es otra cosa, los padres tratan de impresionar a sus hijos y a los demás padres en navidad, hay que hacer de todo, no importa que el zángano ni siquiera le caiga bien.

-Por culpa de mi hija es que estoy en el trabajo que estoy ahora. Tengo que soportar la humillación, el bullicio y la estupidez cada día para darle un regalo al verla y garantizarme otro mes de cariño.

ATENCION, en cinco minutos procederemos a abrir la juguetería por ultima vez en horario extendido.



Dos hombres vestidos de verde vinieron a recoger al viejo, quien agradeció al hombrecito por su compañía y le regaló la ultima cerveza. El viejo se acomodó con gracia su traje rojo y peinó un poco su barba blanca antes de bajar de manera solemne.

Otros 2 hombres vestidos con traje de duende le abren paso mientras camina hacia la juguetería, los dos hombres vestidos de verde abren los candados y finalmente el viejo se acerca a la reja y la levanta; hace todo esto bajo el bullicio de padres descontentos, entre los que ve a su mujer, quien empuja a una señora embarazada para avanzar en la fila.

¿Y los niños?, el grito de los niños dice "Ese no es Santa Claus, ese no es Santa Claus".


FIN