ÁRBOL DE AMOR

En las entrañas de una copa umbría
estoy tejiendo un nido con anhelos
donde puedan nacer nuestros polluelos
con protección, con amor, con alegría.

En sus ramas que sirven de balcones
donde Dios puso los frutos sazonados
puedo observar la riqueza de regiones
que me permiten sean alimentados.

En sus ramas se sienten las fragancias
de las flores que lucen en jardines
y se siente la alegría en las mañanas
al sonar en la aurora los clarines.

Entre sus ramas se filtran blancos hilos
que vienen desde el sol o de la luna
para ofrecer la luz a nuestros hijos
en un nido de amor que es su cuna.

Oh árbol majestuoso, árbol divino!
que tiembla bajo el júbilo del cielo
yo quiero ser por siempre peregrino
y ser su protector y su consuelo.

13 mayo de 2005. Poema seleccionado y publicado en el libro Antología Nueva Poesía Hispanoamericana

Poeta Héctor José Corredor Cuervo