GOTA

Una gota de agua de rocío, de forma inquieta resbalaba por la fría ventana de la casa del bosque, aun cuando su aspecto no era ni mucho menos humano, decidió hacer por un día lo que hacen las mujeres y hombres de la aldea. Ni más ni menos que deslizándose sobre el suelo de madera, y desafiando toda ley de permeabilidad, se sentó a desayunar frente al ventanal.
Era un poquito más tarde del amanecer, se sentía privilegiada, por unos minutos ya no tendría que correr asustada en busca de un río donde unirse a más gotas de agua, ante ella se erigía un ventanal maravilloso, una vista desde la cocina que le mostraba desde otro ángulo como empezaba a bullir el día, y aunque más lento, le recordaba su propio movimiento en el río y a través de las nubes al volver a descender a la madre tierra. Había inquietos colores por todas partes, una amiga mariposa, también inquieta, le saludaba desde fuera revoloteando, se paró por un momento y le dijo " ¡Con un día tan precioso, ¿Por qué no escribes algo bello? ". La gota de rocío asintió y desafiando todas las leyes físicas (que en los cuentos y leyendas no existen) dejó volar sus pensamientos, y a lo largo de la mesa de madera clara, dejó que fluyeran colores y jugó con ellos para escribir una larga historia, se abandonó momentáneamente a su imaginación y empapó la mesa de preciosas letras y dibujos.


En la mesa se podía leer un mensaje que decía algo así como " ...la nieve aun nos contempla desde esos valles glaciares, miles de amigas gotas esperan dormidas a que deshiele la rosada primavera, son montañas de espera para una gente tan inquieta como la que fluye por los valles, esperan al Sol que las mire fijamente y puedan liberarse de su rutina gélida, el valle cambiará de luz y de color en cada décima de instante, como si algún acuarelista caprichoso volviera a dar agua a su lienzo, como si las musas inspiradoras fuesen las propias gotas del rocío... ".
Una franja de árboles a cierta distancia de la casa seguían muy atentos el relato acuático, no lo podían ver, y nadie sabe como lo percibían, (son cosas que pasan en los cuentos y que nadie aun pudo demostrar ni explicar), pero bien os puedo decir que lo veían a través de los ojos de su corazón (¿Nunca habéis tenido una abuela o abuelo que estando lejos sabe si estáis bien y contentos?, esos son los ojos del corazón, más azules que el cyan de los azules).
Los árboles, inquietos, por supuesto, bailaban con el viento ligero del Oeste, pero sus hojas, desafiando toda ley física emulaban un vals en sentido contrario. Se alinearon en la ladera de un monte cercano anunciando que la primavera vendría también inquieta, y lo haría sin avisar, como cuando nos quieren dar una sorpresa, regalándonos flores, colores azules y blancos y... otros muchos tonos y formas, nos daría buen tiempo y sobre todo inquietud.







La gota de agua conocía el sentimiento de lo inquieto, lo vivía cada día dentro de ella, era su propia libertad, daba fuerza a un mundo demasiado físico y envuelto siempre en las mismas leyes impuestas por los hombres, estancado en egoísmos necios, pero ella pertenecía al mundo de lo inquieto, y conocía a muchos que participaban de este mundo, son como los ángeles de la guarda de un universo cálido, de un planeta que derrite la nieve de la montaña, y que hace que gotas como ésta que nos pasan desapercibida, consigan hasta escribir bonitas historias en las mesas de madera.
Más gotas de agua resbalaban por el cristal de la cocina, invitando a su amiga perdida por unos momentos a jugar al escondite acuático en la naturaleza.
La gota de rocío escapó y de forma inquieta se unió a las demás y se perdieron misteriosamente por el jardín en busca de otros mundos.
Una madre y su pequeño de corta edad, llegaron a la cocina para hacer unas riquísimas "filloas", " ¡Qué travieso eres, ya echaste agua en la mesa de la cocina como siempre para hacer garabatillos! ", el niño sonrió pícaramente y miró de reojo a la ventana que daba al jardín.
Y el resto del mundo actual, inquieto... por competir para ser el número uno en todo.
Y el resto de la naturaleza, inquieta... por la integración del verdadero ser humano en ella.