... Cuando era niña no escondia nada, no habia secretos, no sabia mentir.
No existian las preocupaciones a`pesar de no haber tenido la fuerza para alimentarme o defenderme de las exigencias de este mundo, que marcaba reglas y condiciones.
Cuando era niña aprovechaba todos los momentos mágicos, disfrutaba de las sombras y las nubes de algodón,
vivia la aventura y exprimia al máximo la vida en todo su esplendor.
Cuando era niña el destino nunca me preocupo, solo el disfrutar de la mañana, de la tarde y
de los sonidos de Dios.
Cuando era niña platicaba con los ángeles, con los duendes y las hadas,
me sentia protegida en las noches de luna llena cuando su luz rozaba mis mejillas como beso de las buenas noches.
Cuando era niña no tenia prisa de atesorar lo invaluable, de atrapar lo inatrapable,
de pelear por lo que no tiene dueño, de controlar lo incontrolable.
Me converti en miedo, en mentira y traición,
deje de cantarle a la árboles y aprendí a callar por temor,
aprendí de la ausencia, del vacio y soledad,
deje de creer en los besos, en el otro y en el yo,
me converti en todo y deje de ser nada, deje de ser yo,
deje de ser Niña.
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