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Con tu puedo...cap 7
Don Elías

La historia es diferente según quien la cuente, el capitán en el regimiento nos dijo que los soldados habían sido atacados por los mineros y, que estaban armados, la realidad es tan diferente. Encontraron cuatro pistolas y veinte cuchillos. ¿Qué posibilidad tenían los mineros contra el ejército que los tenía rodeados?
Facundo es buen mecánico y buen actor, siempre me habla de fabricar granadas, la pólvora está y él puede hacer en los tornos las carcazas, los de la administración no durarían mucho y los milicos son tan pocos que en un par de minutos estarían rendidos. ¿Es la solución? No lo sé, la cuestión me da vueltas en la cabeza, no es fácil y, ahora el papá de la niña Mariana me invita a conocer a alguien que quiere conocerme, el padre de Mariana se ve un hombre a todo dar, no es de los que agachan el moño, siempre discute con la razón
.

—Buenas, Misia Julia
—Buenas tardes Alamiro, te he dicho que no me digas misia

—Si es broma, usted sabe. ¿Qué de bueno hay hoy para comer? Mire que vengo con un hambre.
—Una cazuela de chancho y porotos con mote.

—Sírvame harto, Julita.
—Yo misma te sirvo niño. Te dejaron un recadito.

—¿Qué cosa y quién Julita?
—Tú sabís, se cuenta el milagro, no el santo. Mañana a las nueve de la noche en el rajo que cerraron hace quince días, que no te vea nadie y que no lo cuentes.

—Démelo Julita.
—Ya niño, no estés tan nervioso, nada escrito te dejaron, sólo que te dijera. Mira niño, esa es gente que vale por diez cada uno, no tengas miedo que son personas como tú o como yo.

—Gracias Julita, Creo que iré.
—Nada de creo mijito, mañana a las nueve de la noche vas, y cuidaito con contarlo, aquí se sabe todo y me enojaría mucho.

Tomándole una mano de manera muy cariñosa, la Julita mira a Alamiro directamente a los ojos, muestra una decisión que él no conocía. Siempre la ha mirado, es cariñosa con todos, menos con los que tratan de propasarse colocando alguna mano en lugares prohibidos.

—Mira niño, perdona que te diga así, nadie sabe, pero, en la Escuela Santa María perdí a un hermano, hijo de mi madre, nunca lo encontramos. Aprovecharon el Toque de queda para cargar carretones y trenes con los muertos, los fueron a enterrar en fosas en la pampa.
La persona que viene mañana es mi amigo, es un hombre serio, yo confío en él.
Usted mijito, desde el día en que murió Manuelito ha cambiado, usté no lo nota, pero nosotros sí, la gente de la oficina le quiere, sobre todos las mamás, los hombres le miran con respeto, algunos con recelo.
Cuídese mucho que también la Administración le tiene echado el ojo, a pesar que usted sólo trabaja, va al teatro y la Filarmónica y mira a la Marianita que también le mira a usted. Y me voy o la jefa me retará.
—Voy a ir Julita.

—Más te vale niño.

La noche llegó, se presentó con su frío habitual y poca luna. Alamiro se preparó, no podía calmar sus nervios, el mismo nerviosismo que se presenta cada vez que el ser humano se enfrenta con algo desconocido, más ahora que le habían dado tantas recomendaciones. A sus compañeros de habitación les dio una falsa explicación, tengo ensayo y clase de lectura. No le prestaron demasiado atención ya que desde que comenzó a aprender a leer y se juntó con Mariana, su conducta es extraña; mejor dicho sus amigos de siempre la encuentran extraña, cuando los invita a estudiar mas de alguno le había dicho para qué, si para cargar los sacos con caliche no se requiere saber leer o escribir.
Camina frente a las casuchas tratando de no hacer ruido, no quiere ser visto, sobre todo cuando salga de los límites del campamento. Camina pegado a las sombras, suerte que no hubiera demasiada luna, ya lejos de las callejas va más confiado, está seguro que no le han visto. A la llegada al rajo ve a varios hombres, la mayoría son conocidos.

Todos le dan una cálida bienvenida, varios le abrazan. Pasada media hora llega el padre de Mariana con un hombre joven, quien saludó a cada uno con un apretón de manos, con varios ya se conocía, se veía que a pesar de su vestimenta algo mejor que la de los presentes. Era un ser acostumbrado a los rigores del desierto.

Ha trabajado en algunas Oficinas, en donde ha sido compañero de algunos de los reunidos, un pampino de hartos años le recuerda cuando había sido matasapos y herramientero. Ríen todos, cuando le presentaron a Alamiro, le dijo:

Me han hablado de usted, agradezco lo que hizo con el niño del accidente, ya ve usted que también trabajé como el mismo Manuel, es algo que nunca se olvida, agradezco que haya venido, si no está de acuerdo conmigo, no le molestaré más, yo le dije a la Julita que quería conocerlo cuando me contó lo de Mañungo.
Me cuentan que está aprendiendo el arte del escenario, tambien a leer y escribir
.

Alamiro, ve el rostro del hombre, no le conocía, nunca le había visto. Luego sabría que no es querido por las compañías, ya que su accionar tiene que ver con las Mancomunales, además es amigo de otro alborotador aun más peligroso, están advertidos que si le ven rondar la Oficina se informe. No es alto, es moreno, de manos duras como las de todos, salvo las de la Julita y de la otra mujer presente, Julia miró a Alamiro y le sonrió. Ninguno encendió cigarro; a pesar del frío no hay fogata.

Compañeros. —Sonó fuerte y clara la voz, Elías se llama, algunos (pese a su corta edad no más de veinticinco años), le llaman Don Elías con un inmenso respeto— Hay un compañero que no había estado anteriormente, ustedes le conocen mejor que yo, llegó a la pampa engañado en alguno de los enganches, le saludo y agradezco su presencia. Un inmenso accidente sufrieron en la Oficina, un niño de trece años murió por la explosión de un tiro que no detonó a tiempo, al niño le llevó su curiosidad a correr para mirar, pero ocurrió lo que siempre puede suceder, ¿Es la culpa de Manuel? Los de la Compañía dicen que sí, que era responsabilidad del niño por no haber tenido en cuenta lo que se les ha dicho. Esperar a los mayores. Si lo miramos desde la óptica de la compañía es cierto, pero, ¿Es justo que un niño esté trabajando en labores de adultos? ¡No! Ahí está la gran injusticia, los burgueses sólo quieren sacar más ganancias del salitre y de los hombres que explotan en esta y todas las Oficinas.

A esa edad los niños debieran estar en las escuelas, pero vean que en esta oficina no hay, así que los hijos de ustedes deben permanecer ociosos, a los explotadores les interesa que ustedes sean lo más ignorantes posible, por ello es agradable saber que Arsenio está enseñando a aquellos que están en el teatro, Es mejor saber para enfrentarse a la compañía cuando esta hace las cuentas, roban en todo, cuando calculan el valor de la libra, cobran precios altos en la pulpería, en todo quieren engañar y más encima dicen que ellos hacen un favor dándonos trabajo.


En el parlamento se han aprobado leyes que autorizan a los obreros para que se organicen en Mancomunales, pero, en las Oficinas salitreras a quien ose formar una lo echan de inmediato. Poco a poco vamos organizándonos, no es, ni será fácil. Nos ha costado miles de muertos, no sólo en la Escuela Santa María, sino en muchos otros lugares del país. Logran hacerlo porque a nosotros nos falta unidad, ellos, los burgueses temen a la organización y a la unidad, por ello la persiguen y reprimen, saben que de esa unidad depende la Redención de los obreros, no la desean y harán todo para prohibirla.

Ustedes a lo mejor se percataron que en los días de la muerte del Manuel, los administradores estuvieron callados y entregaron algunas garantías para los funerales, no se trabajó, no fue humanismo que hayan dado velas y víveres para el velorio, era temor a una huelga.

Hay quienes piensan que en algunos instantes hay que atacar con más fuerza. Es posible que, hasta se piense que con algunas armas y granadas hechas con explosivo de la mina serviría para hacer valer los derechos que hemos de tener, eso es fácil, si, el salitre que sacamos es la materia que se usa para fabricar pólvora. Algunos usan explosivo, sabemos calcular la cantidad y el tiempo que hay que dar para que detone, hay otros que trabajan en las maestranzas en donde hay metal para envases y para esquirlas. Muchos han sido soldados, y hay muchos más que estamos cansados de esta explotación sin misericordia. ¿Cierto?


Hay un total asentimiento en los presentes.

Pero, compañeras y compañeros, después no habría posibilidad de salir del desierto, quizá se podría destruir las herramientas que usamos para sacar el salitre, eso tampoco es difícil hacerlo.

Somos varias decenas de miles de obreros en ese desierto, si nos unimos acá, en la oficina del lado y en las otras, si todos paticipamos en las Mancomunales, llegará el instante en que ya no podrán seguir explotando como lo hacen hoy.

Unidad para luchar, es lo esencial, como también, tener obreros que sepan mucho más, que estudien nuestros hijos. El teatro es una buena forma de hacer conciencia de clase, debemos presentar no sólo piezas como
Flor de un día, hay obras de amigos anarquistas y también nuestro compañero Luis Emilio ha escrito algunas.

Otros enemigos tenemos
, el trago, a pesar de que hay ley seca, ustedes pueden ver que hay vino en la Oficina, que se bebe aguardiente del altiplano. El alcohol embota el pensamiento y con eso es más fácil dominarnos, deben cuidarse de eso también.

La religión, les ayuda a ellos, no hay ningún cura en la pampa que abogue por nosotros, todos apoyan la explotación, si escuchan sus sermones, son para defender a los patrones. Nos dicen que siempre ha sido así, desde tiempos inmemoriales ha habido pobres y ricos, que seamos buenos para ganarnos un lugar en el cielo una vez muertos.
Nosotros decimos que en la tierra tenemos que ser felices.

Les he traído algunos periódicos
, El despertar de los trabajadores. Allí decimos nuestras verdades, hoy se los dejaré, otro día me lo pagarán ya que es la única manera de que siga saliendo. Les contaré que nos cuesta demasiado mantener la imprenta, la han destruido varias veces, pero la levantamos, sabemos que tenemos la razón y que cada vez son más los trabajadores que leen.

Habló mucho don Elías. Alamiro escuchó atento, las palabras le calaron a fondo, fue como si le hubiese hablado tan sólo a él, no se le escapó detalle, se rascaba la cabeza, ya que todo era cierto, no concordaba en algunas cosas como eso de las armas y bombas. Conversaría con Facundo y miraría lo que dice uno y el otro, leería el diario, se lo pedirá al hombre llegado.

—Quiero leer el diario – le dijo a don Elías
—Si, yo se lo entrego – le respondió José

—Compañero Alamiro, espero verle en otra ocasión
—Gracias señor

—No me diga señor, compañero o simplemente Elías, si soy poco años mayor que usted

Tomó el diario y lo metió en su chaqueta, quienes primero se retiraron fueron el padre de Mariana, Elías y la Julita, nadie supo en donde durmió esa noche don Elías, nadie preguntó tampoco.

Alamiro se fue pensando. Su procesión había comenzado.

Habían hartos en la reunión. Lo que dijo el señor es realidad, además también es pampino que ahora trabaja en Iquique, en el diario, es igual que nosotros.

Mis amigos anarquistas también tienen razón, son más inquietos, quieren que esto se apure, que no se puede esperar más y eso también es valedero. Tengo dudas no se para que lado tirar, ambos tienen razón en que no se puede seguir así.

Voy a jugármela por una escuela, le voy a decir al capataz y luego a Juvencio y a algún gringo, no voy a descansar.
También debo hablar a Mariana, debo decirle que la estoy amando, debo hacerlo pronto
.

Con esa carga llegó a su casa, cansado se tiró a su cama, en un par de minutos estaba dormido, se fue de un viaje hasta la hora de irse a la faena. Antes de despedirse, uno de sus compañeros le dijo.

—Alamiro.
—¿Qué pasa Facundo?

—El viernes llega la Tía Angelina con tres sobrinas.
—En esta ocasión no voy a poder ir.

—Tay enamorao gueón, y si sabe la Marianita, te mata.
—Cierto.

Curiche
Febrero 27, 2007


Texto agregado el 03-03-2007, y leído por 252 visitantes. (15 votos)


Lectores Opinan
31-05-2007 sigo leyendo como si fuera una película de aventuras. Mis 5* salambo
05-05-2007 Este relato cuenta que la cercania con la muerte cambia la vida de las personas, y transfomar el dolor, rabia e injusticia en una construcción, en un aporte, es algo que solo algunos hombres pueden hacer. kuthelia
12-04-2007 Muy bien!! La idea de la insurrección toma rumbo! Seguimos!***** josef
11-04-2007 Y surge sin querer la oportunidad de unirse al grupo que moverá la masa, y alamiro ahí, presente, su grandeza de corazón se dió a conocer entre todos...y sigo entusiasmada! Arianna
25-03-2007 Toma forma el movimiento subversivo, hace su entrada en la historia Elías, muy joven, pero ya con la experiencia adquirida desde la infancia en el quehacer de las salitreras, Alamiro lo escucha con atención aunque necesita más información, la violencia no es lo suyo, su amor por Mariana ya es una realidad y sus decisiones tendrán que ver con sus sentimientos y solidaridad con ella, con el pueblo, con su gente. Excelente desarrollo, mis cinco estrellas. Ignacia
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