El fantasma de una hermosa mujer
visita mis senderos,
invade sin piedad mis límites,
busca sin lugar ni treguas
apoderarse de mí,
y a fe que lo consigue
cuando en los lugares más extraños
pienso en la irreales formas de su ser.
Ella impregna la duda en mí,
me confunde,
permitiéndome creer que las escenas de una tarde de amor
fueron reales.
El fantasma de esa hermosa mujer
me invade,
me seduce,
hábilmente me insinúa que la ame,
que la haga mía.
El fantasma de esa hermosa mujer
se apodera de mí…
Soy la victima
de esa hermosa mujer
que se hace real en ti.
Texto agregado el 02-03-2007, y leído por 109
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