La mente descansa y encuentra el silencio y a la vez la paz interior, o por lo menos eso se decía mientras caminaba lo que al parecer han sido unos largos segundos. Había dado apenas dos pasos pero ya su mente volvía a reestablecerse del caos.

Sus pasos siguieron; sintió frío en el cuello y calor en las manos que apenas acababa de desempuñar. Lentamente deshacía el enredo de lo sucedido hasta que oyó tras sus pasos otros pasos que precipitaban la marcha. Lo estaban buscando, lo primero que recuerda es abrir los ojos encontrándose en medio de un gran pleito, botellas, sillas, un bar, varias personas mirando los sucesos, una lista a la cual parecía lo incluía a pesar de la peligrosa posición desde la cual observaba. Notó sangre en el piso y sangre en sus manos que decidió cerrar