No me gusta andar con sermones, pero este vale la pena…
El aula: las ventanas que miran hacia el patio, los pupitres frente al pizarrón negro, la profesora de espalda hacia sus 40 y pico de alumnos…qué atención le prestan verdad?... hay momentos en que solo importa aquella mosca que no deja de revolotear, hace piruetas y parece sonreír la muy regordeta…
TOC-TOC: dos golpes y allí parada, detrás de la puerta de entrada al salón, esta ella, la muy conocida en toda la escuela, la Hermana…que viene como siempre para dar una charla…. Charla también llamada “sermón” para muchos de los chicos, y para otros solo un tiempo mas para seguir con aquella mosca dibujando en el aire nubes de mil “te quiero”…
Esta vez, el “sermón” pinta ser diferente…la Hermana trae consigo una rosa, muy bella, muy bella, tal es así, que la pobre mosca regordeta ha perdido la atención de muchos…
Y a continuación, lo esperado, o lo muy poco esperado para muchos…: el sermón
Comienza como siempre con una breve reseña de los libro que ha leído, de los viaje que por el mundo ha hecho, de la vida que ha tenido, de sus 15, de sus 16, 17, así continuamente…. Hasta que se habla de la rosa, que significa la rosa, eso era cosa que a muchos de los presentes les importaba ya era figurita repetida todas sus andanzas. Procede entonces la Hermana a pedir que uno a uno tomara la rosa y sintiera su aroma, observara su color, que palpara sus pétalos… y así lo hacen. El primero, el segundo, el décimo…todos ellos quedan impresionados por la hermosura que emana esa rosa….que pasa sin apuro de mano en mano. Hasta que el ultimo de los alumnos el numero 40 y pico, se limita a decir que olía horrible…
Para sorpresa de todos, la Hermana solo sonríe y dice que la rosa, que hora toda marchita y manoseada sostiene en la palma de su mano, representa a la mujer...
Plaf!, la puerta se cerró detrás de la Hermana, dejando volar en el aire a la mosca regordeta y la enseñanza del día de la fecha…
Mmmm… para pensar verdad?
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