En este desierto de ausencias me encuentro sumergida, con millones de motivos oprimiendo un sentimiento, que no cesa de luchar por sobrenadar entre las arenas movedizas de tu olvido. Mis brazos se esfuerzan por alejar obstáculos mientras mis piernas tiemblan tratando de sostener el peso de un futuro incierto.
Se ciega mi visión con palabras provenientes de tus labios, esos que sé disfrutaré haciendo míos, pues la sensación que provoca tu presencia puede más que la autonomía de mis sentidos.
A tu lado mi tiempo es efímero, pues no deduzco el paso de las horas cuando tomas de mi mano, y todo lo que me rodea se transforma en infinito, convirtiéndose en magia lo que tus manos tocan, y todo aquello que tiene la dicha de perderse en la profundidad de tus ojos.
Es tu voz la melodía de mis días, en cuyas notas encuentro una razón más para seguir, acortando las distancias de esta cercanía lejana que me supone tu ausencia perenne. Es por esto que te guardo un trocito de mi memoria y todo este amor , pues en la esperanza absurda de tenerte se encuentra toda mi fé.
Te confieso que en el silencio sepulcral de mis anhelos...y en un rinconcito de mis sueños, se ocultan todos mis deseos... mi sed de ti. Aún en la incredulidad de mi lógica espero encontrar tu cuerpo junto al mío cuando se esconda la luna, con la certeza de que nos pertenecemos.
Sé que me faltan palabras para resumir cada una de las sensaciones que provocas en mi, pues este amor, lleno de poca cordura, no tiene explicación alguna en este mundo. Pero tal vez, solo tal vez, cuando necesite liberar este sentimiento, únicamente dos palabras tienen cabida en ese momento, cuando bajo la luna te pienso... TE AMO
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