IV
“Cómo juega el destino con la vida, me pregunto si realmente existe el destino y si mi destino era conocerte.” Tuzzyta
LA VERDAD Y EL DESTINO
Analizaba la verdad, o al menos lo que sabía que era verdad, o lo que conocía por verdad; una cicatriz y la memoria (la falta de ella), qué puede hacer una joven sin una vida en su cabeza, qué puede hacer con sólo un mes de memoria.
Examina el despertar de un mes atrás en que sólo conocía una canción de la vida y ese maldito juego del destino que suscitaba la convivencia con aquel hombre enigmático que insistía en ayudarle.
-¿y cómo fue?
Un accidente sólo un accidente, qué más podía decirle, cómo podía ella comprender que justo un mes atrás había muerto y ahora estaba frente a él, imaginó más de diez formas de decirle lo que había sucedido (todas falsas) pero no podía encontrar la más adecuada y, antes de decir una tontería, logro notar sus manos en la cicatriz, obviamente tenia que haber sido una bala.
-Una bala perdida, en un asalto a una tienda...
No se le ocurrió nada mejor, ella supo que no era cierto, desde ese momento la comida les supo diferente, a él más amarga, a ella más dulce.
-¿y qué debo hacer?, Ahondar en mi pasado, buscar quién soy, de dónde vengo... aparte tengo una deuda impagable contigo me has dado atención, comida y asilo, de alguna manera debo retribuirte estas molestias.
-Moléstate en saber quién eres, que eso es lo que me interesa, yo me ocupare de lo demás
Arroja una credencial enmicada sobre la mesa, se levanta y se dirige a la cocina, y continua mientas se sirve café.
-El destino te jugó una broma pesada, pero apostó a las personas equivocadas, ¿no lo crees?, olvido algunos detalles de dónde podremos regresarle la jugada
-Mas bien creo que el destino no se entretiene en jugar a los dados;
toma la credencial, la mira, reconoce su rostro en la fotografía pero los demás datos no.
Anna Cristian García Balssa
19años soltera
calle desire #37 colonia colestis

-¿...Entonces ésto es lo único que tengo para saber quién soy?
-Eso y mi ayuda- vuelve a la mesa - ¿entonces crees en el destino?
-No y tampoco en ti, pero algún pasado he de tener y espero no tener que escucharlo de tus labios.
Al terminar se retiró a lo que desde hace un mes parece ser su habitación y en el balcón se quedó mirando las nubes sin dejar de pensar en que las únicas pistas de su vida anterior son esa cicatriz y la credencial, porque la ayuda de él sólo la confundiría.

Helminto Gris