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había sonidos extraños afuera de mi cuarto. siempre viví lejos de todo sonido, me asustaba por cualquier cosa. una buena anciana me traía alimento, desperdicios y un lindo mensaje todos los días. tenía miles de hojas que pegaba en todas las paredes de mi cuarto, y cuando se llenaron, las pegué en el techo. todo iba normal sino fuera porque la anciana murió. esto lo supe porque la comida no me llegaba. tuve que comerme todas las cartas, hasta la cal de las paredes me trabaga. es seguro que iba a morirme sino fuera porque uno de esos sonidos extraños llegó hasta mi cuarto, al cual pocas veces salí. vivía escondido como un topo enterrado. pero esos sonidos me gustaban y tuve que salir afuera de mi cuartucho. nunca conocí a mis padres, no siquiera sabía lo que era tener padres, amigos, etc. esto lo supe por las cartas de la anciana. salí a la calle y vi a extraños seres que habían montado muchas cosas para que todos los seres entrasen y saliesen de esos lugares. me acerqué a una de esas gentes y le escribí una nota porque sólo me comunicaba a través de la escritura. esta persona la leyó y me dijo algo raro, un sonido que no podía entender. le anoté que no le entendía y que por favor anotase en un papel lo que decía esos ruidos que salían por su cabeza. el tipo me miró como nunca antes me hubiera mirado nadie. le sonreí. este se dio media vuelta y escribió algo. lo leí. decía que se llamaba Juan y que vivía lejos de este lugar, y que sin tenía hambre, fuera al ayuntamiento que allí me darían comida. leí la dirección y caminando llegué. una enorme cantidad de gente hacía una cola así como los gatos. me puse atrás y esperé. y cuando me llegó el turno, escribí una nota diciendo el enorme hambre que sentía. me miraron y gimieron algo ininteligible. ¿qué quieren decir?, ¿por qué lloran así?, les escribí. ellos rieron, yo también, al menos en eso podía entenderles. cogieron la pluma y escribieron algo acerca de una mujer que era la madre de todas las personas. ¿en dónde está?, les escribí. señalaron hacia el cielo y supe que debía tener alas para llega hacia esa señora. fui hacia un abismo y me tiré. mientras caía vi que unos lindos ángeles se me acercaban y me cogían de los brazos para que no siguiera cayendo. me llevaron hacia una especie de isla y me vi frente a frente a un ser con un cabello muy largo, delgado, ojos negros, y un rostro extraño, tenía algo así como la buena anciana que me traía la comida. le escribí un poema lindo. se lo entregué y este me hizo muecas de que no sabía leer. sentí pena por él. caminé por ese prado verde y lleno de animales, y en una esquina vi un río muy lindo. me gustó su sonido y sentí que me quedaría escuchándole toda mi vida. paraba sentado frente al río y este me hablaba, me enseñaba todo cuanto había sucedido a el. ¿puedo bañarme en ti?, le escribí. cuando quieras, siempre estaré para ti. desde aquel día me bañaba en el río, y sentía que día a día, mi cuerpo se metamorfoseaba, cambiaba como el árbol que tiene sus hojas secas pero que siempre está parado. en una de esas bañadas, me dejé arrastrar hasta caer a las cataratas. creí que me había ahogado pero no era cierto. una mano me sacó de las profundidades del río y me llevó a su regazo. era un enorme hombre vestido de negro. tenía un libro en la mano. lo leí tan solo un pedacito. trataba de un niño que nunca sabe quien es su padre y su madre, y vive la vida buscándolos. pasa el tiempo y encuentra a muchos animales y se une con uno de ellos, y nacen muchos seres así como él. le seguí la historia hasta que el cansancio me llamó. pedí que me llevaran a mi cuarto y buenamente me llevaron. cuando entré en mi cuarto, noté que todo estaba destruido. busqué un lugar para vivir y lo conseguí. aún escucho ruidos por la calle, pero esta vez salgo a la calle y repito todo cuanto gimen. es extraño, parece que me quieren, pues gemido a gemido, todos ríen, así como los ángeles en ese extraño lugar de seres alados y hermosos... no me hago problema y continúo escribiendo, mandando mis textos a diferentes lugares en donde editan libros, pero, pasa el tiempo y nadie viene a mi casa. ni un carta ni una sola nota, ni un solo ángel ha vuelto a mi cuarto. he arreglado todo y he visto cosas muy bellas y tristes. debo ser un ángel pues aunque no tenga alas, viajo muchas veces a otras partes de este mundo. por ejemplo, ayer viajé con un tipo con la piel mas oscura que he visto en mi vida. es un enorme bestia, pero tiene algo en su mirada que da lástima. le he mandado muchas cartas, y, por suerte, este hombre, me ha vuelto a escribir... es bello tener alguien que sabe lo que haces mal...ellos sólo se fijan de los extraño. |
Texto agregado el 27-02-2007, y leído por 260 visitantes. (2 votos)
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