Sé que más que mi interno espécimen,
ignoras las oportunidades,
no quieres peligrar.
Arriesgas todo, en un bello encuentro
encubres todo, en el alba y la sombra
entregas todo, en completo silencio.
- Gracias.
Noto cansancio en tus miradas
tu blanca piel ya no me acaricia
tu cabello no lo froto cuando húmedo está.
no me sientas lejano
ni pienses que caigo en el
sonrío a medias, casi de incógnito.
- Perdón.
Cuando me nombras; grita en altavoces
mi agrio corazón
que llora, ríe, grita
deambula por tus palabras.
- Gracias.
Traigo aquí, pero muy dentro de mí, tus palabras;
y tus miradas de amor no me alcanzan
y tu blanca piel se me aleja, si, se me aleja.
Cuando extiendes tu alma y no estoy presente
y lloro de dolor
y gano el sustento
y no estoy presente,
solo en silencio, como un alto selenita,
cierro mis ojos.
Y aquí, sí, aquí dentro mi, te miro, y te extraño.
- Perdón por mi ausencia.
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