PRESENCIA
Lo vi ahí, solo por una fracción de segundo.
Era como una sombra tras mi mirada, como un remolino fantasma de presencia huidiza.
Por un momento sentí que abrazaba mi cerebro, con una mano de bondad, como un santo guardián en puertas de mi conciencia, con un escudo antiatómico en la mano diestra, y en la otra un antídoto contra venenos, vengan de donde vengan, y una red para caídas eternas a sus pies.
Y ahí lo presentí, arcángel de acción, vigilando la puerta de doble hoja de acero.
Vigilando que contenga a los malos recuerdos, como si no existieran.
Lo vi ahí, y por una fracción de segundo supe, que lo que estaba “no viendo” era “la medicina” y me acorde de su nombre “clopixol depot”, extraño nombre para un ángel, un fantasma, una sombra o lo que creí que viera, pero para la nueva psiquiatría, un nombre deslumbrante ahí donde los hubiera.
SIL.
|