Según Platón poseemos las mujeres y los hombres el potencial para la posibilidad andrógina, porque, según él, ese es el ser originario.
Esto quiere decir que ambos se unen porque cada cual añora algo del otro, lo que se añora es una suerte de estado de completo.
Ese ser completo es muy extraño, según Platón posible.
Yo solo creo que es posible según la facultad de intercambio. Pero ese intercambio debe ser completo, no únicamente nuestra concepción de sexual, porque también somos psique y, si bien la psique puede interrelacionarse también mediante sexo, no todo sexo intercambia psique (imprescindible es un conocimiento profundo previo)… entonces lo seres, hombre y mujer, se confunden.
El amor platónico es una idea
(pero la idea no dicha – y por eso es bueno que al estudiar una cosa vayamos más atrás sin otro guía más que nuestra intuición – es que cada una de las mitades (hombre y mujer) al buscar su completitud en el otro (y por eso necesitarlo, aún cuando Schopenhauer sostiene que se buscan es por la voluntad de la especie de perpetuarse y por lo tanto no por razones personales), bueno, al buscar su completitud en el otro la logran durante breves momentos en un abrazo, pero este logro es efímero, de ahí la insistencia en que la relación debe abarcar más que lo meramente conocido como “sexual” porque cada una de las dos mitades posee infinita capacidad repletiva y, una vez exitadas las energías de ambos sexos éstas recorren libremente a ambos y por lo tanto los nutre, al nutrirlos colabora con su crecimiento y, ese crecimiento tiende a la androgínia.
Por supuesto: hay dificultades al hablar de esto ahora (y supongo que siempre) debido a la concepción de sex appeal que se le asocia a la androginia, pero no todas las energías masculinas y femeninas son sexuales. Ser femenina no significa únicamente ser coqueta ni ser masculino significa únicamente tener miedo a ser marico o caerse a coñazo con otros hombres por un culo – en estos casos estamos hablando de niños y de niñas (inflados y grandes pero niños y niñas al fin). Lo que es difícil de imaginar (porque actuamos siendo “adultos” como niños y niñas) es que el ser andrógino es un ser más completo que cualquiera de las dos mitades, que cualquiera de las energías de las dos mitades que lo componen. Y es un ser posible: la mujer o el hombre que haya complementado la energía de ambos sexos en sí, pero esto sólo lo logra mediante el buen (completo) intercambio intercambio de energía con el sexo opuesto . La energía de ese individuo (hombre o mujer) es igual a la energía del acto amoroso cuando está agradablemente bien realizado – porque ya es en él/ella un acto que ha sido adentrado. La mentora de Sócrates, cuyo nombre en este momento no recuerdo, era andrógina, y, si esto no basta, vale la pena asociar ese potencial a lo que se conoce como chamanismo o brujería.
Al contrario de lo que pueden pensar los ignorantes el hombre andrógino no se afeminiza ni la mujer andrógina se masculiniza, estos fenómenos ocurren es debido a la falta de contacto con el sexo opuesto (lo de opuesto dice mucho de nuestras concepciones y nuestras concepciones dicen mucho de nosotros, y de nosotros como colectivo), que, a falta de intercambio completo para con el sexo opuesto el individuo se va convirtiendo en lo que le hace falta y no en de lo que está repleto. Por lo tanto, la androginia en un hombre se puede apreciar, por ejemplo, por su ternura o por su respeto hacia la vida, en la mujer por su capacidad de enfrentarse y resolver problemas con elegancia y sin hacer uso de encantos y sí de inteligencia (de todas maneras la inteligencia es un atributo más femenino que masculino - creo que el hombre suele tender más hacia la abstracción, pero esto último no es lo mismo que inteligencia, aún cuando suela ser una cosa confundida por la otra.)
Ahora bien, si esto parece complicado más complicado es Platón, alguien me puede decir “pero Platón esto no lo dijo” o preguntarme que dónde dice esto Platón. Es verdad, Platón no lo dijo, pero esto no quita nada y más bien habla bien a favor de él. La obra verdadera de un filósofo se halla en todo lo que puede ser incluido dentro de sus revelaciones o ideas, y esta labor no la realiza el filósofo, es labor de quien toma en serio a los demás hacer uso de todas las consecuencias. Y es importante repetir que lo de Platón no es una verdad, es una Idea (y toda idea es realizable).
En fin: el amor platónico es un amor completo y lo descrito anteriormente es su consecuencia liberadora de toda necesidad.
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