Bueno, un pequeño ensayo que escribí para la clase de español en la universidad:
Pocos hombres y mujeres tienen la capacidad de expresar tan claramente sus ideas en forma escrita como Gabriel García Márquez, premio Nóbel de literatura 1982, autor de tantas obras maestras tales como "Crónica de una muerte anunciada" "El coronel no tiene quien le escriba", "El amor en los tiempos del cólera", pero en especial una, "Cien años de soledad", se ha convertido en uno de los tantos referentes de la literatura contemporánea latinoamericana y lectura obligada de todo aquel que se precie amante de las buenas letras hispanas.
Leer una obra del maestro García Márquez es, literalmente arrancarnos de nuestro mundo para insertarnos en el suyo, exquisitamente trazado por cada una de sus acertadas palabras, explorando cada rincón de sus escritos con genuina curiosidad e intriga pues su estilo narrativo, el "realismo mágico", muchas veces nos hace dudar de lo que creemos o pensamos saber. Notamos en cada párrafo un poco de su compleja y genial mente, manipulando nuestra imaginación, cual hábil titiritero, para llevarnos a su propio paraíso.
Sobran los adjetivos para calificar a este hombre y a su legado, así como también a otros grandes escritores que junto a él, han puesto nuestra cultura en la órbita del resto del mundo, no teniendo nada que envidiar a Cervantes, Shakespeare, Poe o Kafka, los cuales así mismo han hecho de la fantasía del hombre su taller, su arcilla mojada, pero no con el propósito de mover sus hilos sino mover su mente, y mostrar una realidad que no muchos logran conocer.
Por eso, y por muchas cosas otras más, la literatura se convierte en un motor que nos impulsa a soñar, a dibujar un plano diferente y notar que en realidad, las cosas pueden cambiar, si tan sólo cerráramos nuestros ojos y abriéramos los del alma para hibernar un poco, y respirar profundamente.
¡Gracias señores! ¡Gracias Gabriel García Márquez! |