No te quedes en tu maldito espacio aquel que odias en cada ingrato suspiro, sin los aires de amor; que yo pueda darte. ¡NO! El canto que tienes no es el mismo que escuchas cuanto tarareo a escondidas el odio de no verte y no sonreír contigo. Piensa en la gracia que juntos hicimos cuando todavía éramos desconocidos, de hoteles y camas, de carros y besos. ¡NO! Abro la puerta y creo tu alma tocar con la brisa espero oír tus pasos en la alcoba compro la esencia contigo a mí espalda. Cada Madera que corto; corto los momentos que no me pones la mano al cuello. No te quedes sin ser lo que eres no te quedes ahí sin ver lo que no ves no te quedes, has lo mío Sueña.
Texto agregado el 23-02-2007, y leído por 146 visitantes. (4 votos)