Me escondes en el tintero,
que tu corazón pretende olvidar;
con la sangre que lamí,
nuestro día primero
No me aúlles cuando solos estamos
ni mi exteriorices lo que he de jugar
si por motivo ingenuo hoy gemí
vuelo y con gusto lo llamamos
Acercate a mi; despacio, corazón,
que la vida se oculta
en el atardecer de la razón
sin ella que fue tan bruta,
y nos postró al amor.
No me canso de verte
ni tampoco de no oírte
ya se ve obsceno el azul del lago,
que el jurásico nos legó.
Abre, si, abre la puerta,
no quiero llamar la atención
ya tengo en mi razón
la vida y la cubeta
que nos hunde de clamor.
Me niego a verte vestida
me alegro de oírte,
de nada sirve la vida
que no te viste.
Culmino mi difuso caminar
sin la bella cruz que me has dado
con el aprecio de tu hija
que bien claro tiene un lunar.
No puedo, pero obligas,
a la esquela verde y rosada
que sin estas viejas ligas,
uso, mi muy segura espada.
Ya el soplo que nos unió, se fue,
que importancia tiene si vos,
te vas con él.
no me cates el olor que se fue
cuéntame del que se hundió
para anegarme con tus verbos,
enumerando la luna y los árboles
del día pasado.
Es esta vieja larva que con voz
nos entiende y al mero final
se dijo a sí misma: Ya no puedo más.
Es ya casi temprano y el mismo sol
que nos alumbró, hoy me baña de luces
sin yo querer.
Escribe lo que sea, sin meditar.
Me muero por comer la vid
que muy madura ha de estar.
No tienes una falda
que talvez clame,
no canto en tus tobillos
ya que mi alta espada esta atada,
te niegas con el singular dime;
con los mismo ojillos
de las nietas al llorar.
Me canso
la vida se aleja
soy hoy el mañana
de un amor
que talvez no tendrás.
Y que más que claro, yo, perdí.™
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