“Mi vida pasa rápidamente, supongo, o es el mundo que ha empezado a girar frenéticamente envejeciéndonos a todos, pintándolo todo de recuerdos.”
(Historia 70% verídica)
Dia I
Son las seis de la mañana, la lluvia que cae frenéticamente choca contra las baldosas, yo observo desde la terraza de mi departamento como la gente corre y se esconde debajo de lo que encuentra, todo ese miedo inculcado desde pequeños al agua celeste les corroe.
Bah, si yo pudiera salir de aquí a juguetear como un niño lo haría.
Soplo levemente para enfriar el café y alzo la vista al techo, el televisor sigue prendido desde no se cuando y la cocina es un desastre, creo que incluso he logrado observar una o dos cucarachas merodeando por el piso, la puerta esta igual de callada desde que me vine de mi país y mi teléfono al parecer se volvió mudo…
Las cuatro de la tarde y sigo atrapado, he limpiado un poco la cocina y ahora se ve un tanto decente, he rociado el piso con insecticida para acabar con la peste que me acosaba, me siento tan digno como Dios al quitarle la vida a esos asquerosos bichos. Tu no me has llamado y yo no tengo los medios económicos para hacerlo, solamente me queda tu fotografía y los recuerdos que esta me trae, las canciones de mi viejo estereo retumban por todo el lugar, ya han venido a quejarse dos vecinos diferentes… bastardos, que saben ellos de buena música y de arte si lo único que hacen es beber y fumar marihuana hasta que sus mentes quedan fritas de tanto maldito químico.
Prendo una vela aromatizante y camino en círculos por la sala, en el refrigerador queda un poco del pollo frito pero mi estomago esta a punto de estallar, no debí haber ido a la maldita cafetería…
Diez de la noche, me dispongo a dormir, el día se ha ido mas rápido de lo esperado y eso es bueno, no termine de estudiar para mi examen de metabolismo pero tampoco puedo mantener la atención en el maldito cuaderno, hay algo en mi mente que no me deja descansar a menos que este dormido, creo que se llama desorden de déficit de atención o algo así me dijo mi ex-novia… que hermosos senos tenia.
Paso mi mano por mi cara y siento los vellitos que van creciendo, necesito rasurarme. Los vecinos han estado haciendo un ruido de los mil demonios desde las 7 de la tarde pero conozco la perfecta solución. Saco de mi armario un botecito de tylenol para la gripa, le doy un trago y me dispongo a descansar, ya veremos que traerá el siguiente día.
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