Cuando el viento sopla y el sol se esconde,
las nubes recuerdan la tristeza de estar sola...
Pero cuando las flores sonríen al compás
de tus palabras una inmensa y profunda
fuerza invade mi alma...

Solo cuando te “descubrí” empecé a soñar
porque sos la magia de mi vida...
Sí, no podría creer que algo tan extraño
estuviera ocurriendo...
Sí, tal vez sea eso...

Por mi mente vacía pasan pedazos de recuerdos
de aquella vez que bajo el reflejo de la luna
y el espejo de la noche conocí ese mundo...
Cuando aún era así...

Y te vi, tan transparente como el agua de un manantial...
Y tus ojos encerraban muchas maravillas,
tus labios descubrían la virtud de tu cuerpo,
y tu piel rozaba mis más profundos sentimientos...

Hasta el frío se acercaba al calor
y bailaban bajo el hechizo de tu cálida compañía...
...Y yo... tan presente como ausente
contemplaba esta maravilla...

Sin palabras dijiste todo
y yo con una mirada te explique mis miedos,
hasta la inocencia de mi alma se acercó a ti
y quedó cautivada...

Cuando el alba comenzó a rayar el inmenso horizonte
desperté... Sí, sobre el pasto húmedo del rocío
volví a ser yo...

La magia se había terminado y el cristal se había roto...
Como en un cuento de hadas, soñé ser y llegué al cielo...
...Y hasta descubrí que este sentimiento todo lo puede...

Pero ahora sé que cuando el viento sopla entre los arbustos
y el sol se esconde ya no estoy sola...
...ahora estás TÚ...