I
No quise que mis besos te hicieran sangrar
No quise querer mezclar tus lágrimas con cicuta,
Ni entrometer los sollozos que callaba
Entre los… No les importa.
Agujeros vacíos de nuestras vidas.
II
Dejad, mejor, incólume
A los secretos que comen
Del erotismo
Y se retuercen en su tortura
Y te susurran que él nunca estuvo
Contigo, que fue un ardid de
Morfeo
Y te prometen guiar tu mano
Cuando cortes las cad-enas que te unen al
Desgarrador (¿desvelo?)
Son poderosas las memorias,
Y luchan en tu interior con la energía que va
Por tus cad-enas.
III
Y ganan.
Y liberan completa una rivera
Con el sólo poder de tus ambas manos
Y piadoso este río se lleva
A la Estigia tu espíritu despierto y cansado.
Y el recuerdo sonríe.
Al ver apagarse lentamente materia y cuerpo
In soledade.
Texto agregado el 21-02-2007, y leído por 91
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