Duerme su escándalo y devuelve sutiles ruidos de silencios viejos, repitiendo-en frágiles espejos- añoranzas que el azar revuelve. En la vigilia su visión envuelve trashumantes suspiros y reflejos de las sombras que lloran,desde lejos, la noche que emigra y se disuelve. En el pico ausente de los cuervos, en las entrañas sónicas del lago, regresan ovulados sus acervos entre murmullos y tropeles vagos: la fuerza de su tiempo es verbo que deviene en su locuaz arraigo.
Texto agregado el 21-02-2007, y leído por 88 visitantes. (1 voto)