La mucha escritura tiene como objetivo inconciente agotar instancias. Un escritor puede pasar años agotando instancias infantiles, agotadas puede comenzar a sentir que se aparece una nueva cosa, no ha dado un salto, ha recorrido un camino cuyo paisaje comienza a transformarse.
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Las imágenes poseen vida propia y toda vida carece de algunas imágenes necesarias para que el individuo pueda ser un ser completo. Las imágenes que el escritor agota son precisamente las imágenes que le faltaron vitalmente para su completación.

La escritura es una necesidad vital proveniente de la sospecha de que hay algo de lo que necesitamos. (Lo ontológico perfeccionando el producto óntico).