Si no fuera por ustedes…

Si no fuera por ustedes, queridos compañeros en el andar, no podría andar. Si no fuera por ustedes, queridos compañeros en el correr, no podría correr, ni saltar, ni jugar, ni aun sostenerme. Si no fuera por ustedes, queridos compañeros en el camino, no habría camino, ni recorrido ni por recorrer, ni vaya saltada, y menos gol convertido. Si no fuera por ustedes, querido compañeros fuertes, no sentiría mi propio peso, ni el de mi alma ni el de mi cuerpo. No imagino escala escalada, tampoco colina subida, ni siquiera piedra sorteada en el recorrido. Bien sabemos que la suerte no los acompañó en la génesis, y que viven en el constante sacrificio diario de cargar con pesos ajenos, sufriendo y en el olvido. El andar los vuelve más fuertes, más duros e implacables, más el tiempo nos irá dando la sabiduría de encontrar las maneras de ayudarlos, ya que si no fuera por ustedes, queridos compañeros en el andar, podríamos vivir, pero sin sus dignidades, sin sus heridas, sin su experiencia. Entonces el vivir sería distinto, pues sin ustedes, queridos pies, no habría soporte al cuerpo, ni al corazón ni a la cabeza. Si no fuera por ustedes, queridos compañeros en el andar, no habría andar…