¡Como fuiste tan sórdida!..
Hiciste de nuestro amor,...
¡Una hoguera de hielo!
Con el melindre por encima
disfrazaste el propio deseo
en una pretensión infame
de diversión y poca imagen,
perdiéndose en la oscuridad
el amor que no era tuyo.
Nunca comprendiste
que era desperdiciada
la única música
que empleaste conmigo
y que desdichadamente
se extinguió allí mismo
sin ceder ni parpadear.
Alzaste la vista y nada floreció,
Pero.... ¡Si!, Algo se asomó.
Ensayaste sin temor
tus férvidos instintos
y te delataron
porque no hubo ese calor
sino el aflictivo hastío
que quema igualmente por frío.
Mi amor sin embargo,
se vistió cuál fina diáspora
en su suave baile
creciendo más y más
sin siquiera titubear
con el exquisito encanto
y el melodioso hechizo
de un fuego,...¡Sin ti!.
Texto agregado el 21-02-2007, y leído por 137
visitantes. (4 votos)
Lectores Opinan
05-04-2007
Todo hombre se parece a su dolor.*****
monica-escritora-erotica
26-03-2007
Fuerte, contundente y aguerrido clamor,+++++ impresa
03-03-2007
Intensos versos. He podido contemplar la hoguera de hielo y de fingimientos. Me gustaron. Rebosan sentimiento. Sinceras felicitaciones. Hanneke
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