Inercia-
Lamentablemente voy por ahí. Sin entender las razones.
Me preocupan los caprichos que el destino me depare. Me preocupan los caprichos que el destino me deparó.
Mi burbuja es invisible, incluso hasta para mí. Solo me percato de su existencia al notar las mudas exclamaciones.
Siento la canción muda de los pájaros.
Pareciera que solo las lagrimas me traen de vuelta al mundo. Mi mundo sin duda que es extraño. Los colores son transparentes.
Tus besos, tu abrazo, tu mirada. Parecen haber sido congelados en el tiempo. Incluso me cuestiono su existencia.
Ya el latido no hace ruido. No siento dolor. No siento.
Me pregunto por momentos si no habré dejado aquel mundo en el que todo sucedió. En el que el corazón latió, el pájaro canto, tu calor me abrazó.
Es algo extraño que mi tristeza agiganta. Ni siquiera el negro cuervo me acompaña, para devorarme al momento de mi muerte.
No me moja tu negra sangre hecha lagrimas, no veo tu herida abierta.
Mi temor más grande se manifiesta. No veo, no siento. No amo ni odio. No te desprecio, ni velaría por ti ni aunque de mi vida dependiera.
No quiero que tu calor me abrace, ni que tu esencia me empalague. No quiero perderme en tu figura, ni arrastrarte al umbral del cielo. No quiero.
Aunque no me guste, me canso de no querer, de no amarte. Me canso de que mi compañía sea una ilusión. Me canso de ser un peregrino solitario.
Me canso también de mi debilidad. Y de que en repetidas instancias haya ansiado tu regazo, tu aroma y tu recuerdo.
A veces me canso de mí, me canso de ti y del mundo. Parezco un iluso, me canso de cansarme.
Como dije antes, voy por ahí sin entender las razones. Es mas, no entiendo nada. Solo voy por ahí cargando de mi bolsa llena de consecuencias, pensando que algún día a algún lugar llegare, y ahí mismo encontrare eso que todavía no conozco.
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