Caminando a solas, sobre húmedas aceras... ha lloviznado hace un rato...y siento sobre mis hombros, las gotitas que se posan en ellos, delira mi olfato, tratando de conseguir el aroma de hierba que me transporta a los cielos...
No siempre se logra... a veces la lluvia es caprichosa y prefiere las copas de los árboles, otras, posarse en los tejados desnudos para establecerse hasta que el sol las evapore...
Pero, lo que sí es cierto, es que el aroma perdura aún en los techos resquebrajados, sedientos de agua de lluvia, áridas baldosas que se secan en el ambiente
Luego... el sol, siempre tibio y generoso, me regala el momento de sentir calor... de una y otra forma de admirar la naturaleza, que bien es cierto que me acompaña en mis aventuras, haciéndome apreciar aún más... esos cambios de clima.
Truenos y tormentas, aparecen de repente sin aviso... también ellos, con su colorido, merecen mi elogio...
Y entre cambios de los estados del tiempo, siempre me desvanezco en el más sutil de los azules...
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